La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) a través del Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria, reveló que los penales de Tamaulipas, los últimos años obtuvo calificaciones reprobatorias.
El estudio detalla que en 2006 la operación de los Centros de Ejecución de Sanciones (CEDES) colocó a la entidad en el lugar 19 de los 32 Estados por obtener una calificación de 5.06.
Pero en el 2022 la calificación se desplomó al reprobar con una calificación del 4.26; a nivel general los penales en Tamaulipas han sido reprobados los últimos doce años.
En el 2007 se registró una calificación de 7; en el 2008 con un 7.58; en el 2009 con un 7.75; y en el 2010 con un 8.04, lo que representó la mejor evaluación obtenida por los penales de la entidad, en el sexenio de Eugenio Hernández Flores.
En ese periodo Tamaulipas se mantuvo entre los diez estados con mejor sistema penitenciario. Incluso la entidad aparece en sus registros históricos con el quinto, sexto y séptimo estado con los penales más funcionales.
La crisis en el sistema penitenciario en la entidad comenzó a registrarse a partir del 2011 cuando Egidio Torre comenzó a gobernar y hasta la fecha ningún gobierno ha podido tomar el control.
Sin embargo, el momento más crítico ha sido en el sexenio de Francisco García Cabeza de Vaca donde se registraron hechos violentos y sangrientos, aunque la bandera que se lanzó fue la de tomar el control de los seis penales que había en Tamaulipas para terminar con los autogobiernos.
Entre 2011 y el 2022 los penales colapsaron en todos los renglones que evalúa la CNDH. Durante el 2011 los calificó con un 5.88; en 2012 con un 5.67; en 2013 con un 5.37; en 2014 con un 5.14; en 2015 con un 5.29; en 2016 con un 4.95; en 2017 con un 4.71; en 2018 con un 4.92; en 2019 con un 5.42; en 2020 con un 5.24; en 2021 con un 5.73; y en 2022 el último año de Francisco García Cabeza de Vaca con un 4.26.
De acuerdo a los resultados oficiales, en los últimos doce años, han sido los peores del sistema penal pero además, los gobiernos de Egidio Torre y Cabeza de Vaca colocaron a Tamaulipas como la entidad con el nivel más deficiente en el sistema penitenciario.
En este tiempo se han mantenido los autogobiernos, no tienen suficiente personal de seguridad y custodia además de que la presencia delictiva está vigente.
Sin pasar por alto que las carencias en servicios de salud. La alimentación a los reos es deficiente y sus áreas de cocina, comedores y médica, son antihigiénicas
