Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, aseguró que se han llevado 100 casos ante la justicia estadounidense por tráfico de armas, lo que calificó como “histórico”.
Nunca se había reconocido que tenemos responsabilidad de parar flujo de armas, por el liderazgo del presidente Biden, ahora es crimen grave, dentro de este año ya llevamos 100 casos contra personas involucradas en el tráfico de armas contra México“, aseguró el diplomático en conferencia de prensa.
Salazar destacó el reforzamiento de seguridad en la frontera sur de Estados Unidos y mencionó el caso de la frontera entre Matamoros, Tamaulipas y Brownsville, Texas, donde aseguró que se ha invertido en tecnología para realizar inspecciones más efectivas y eficaces.
El embajador estadounidense reconoció que en el Congreso no hay mayoría para reformar la ley respecto a la comercialización de armas, pero aseguró que la postura de Joe Biden es “clara” ante el tráfico de armamento.
Ken Salazar comentó que ya entró en contacto con la nueva secretaria de Relaciones Exteriores de México, Alicia Bárcena, con quien trabajará para impulsar la relación bilateral.
Lo de la nueva secretaria (de Relaciones Exteriores) que llegará, Alicia (Bárcena) hemos ya tenido comunicación con ella y ya llegando ella en unos días a México ese trabajo seguirá sin interrupción y con el esfuerzo fuerte y conjunto de Estados Unidos y México“, dijo Salazar en conferencia de prensa.
El diplomático remarcó que para Estados Unidos “el combate global al fentanilo y sus precursores es una prioridad”.
Señaló que las acusaciones formales que realizó horas antes el Departamento de Justicia (DOJ) contra ciudadanos y empresas de químicos de China “son resultado del compromiso para combatir al fentanilo desde su origen y representan la primera acusación contra empresas de China y sus empleados”.
Salazar citó que tan solo una de estas empresas traficó a los Estados Unidos 200 kilogramos de precursores vinculados al fentanilo, “cantidad capaz de producir las dosis suficientes para matar a 25 millones de estadounidenses“.
“La realidad del tráfico de fentanilo es cambiante. Sus precursores se transportan a Estados Unidos y México. Los criminales enmascaran los químicos y cambian las etiquetas para no ser detectados, buscan ocultar su dinero y usan las redes sociales para promover su producto maligno. La producción de fentanilo empieza con sus precursores, quienes los vendan o trafiquen serán procesados”, expuso.
Además, dijo que las mismas organizaciones criminales trasnacionales que trafican fentanilo también comercian armas y personas.
Por ello, dijo, que “la cooperación con México para interrumpir el tráfico de fentanilo y sus precursores es crucial”.