El desabasto de medicamentos en México ha sido un problema persistente que ha afectado la atención médica en el país. A lo largo de los años, se han implementado diversas estrategias para garantizar el abastecimiento adecuado, pero aún persisten desafíos importantes.
“Se empezó a descentralizar, el sistema de salud y sobre todo la distribución de medicamentos”, menciona Alejandra Cullen, refiriéndose a un cambio en la política de salud que se produjo a finales del siglo pasado. Sin embargo, la descentralización no ha sido suficiente para resolver por completo el problema.
El almacenamiento y la distribución de medicamentos se han revelado como obstáculos importantes. “Vimos muy claramente cuando el COVID cuántas vacunas se echaron a perder en los almacenes de Ciudad de México porque no hubo manera de distribuirlas”, señala Alejandra, destacando la necesidad de mejorar la logística de distribución.
Además, la complejidad del territorio mexicano con áreas remotas y difíciles de acceder representa un desafío adicional. “Hay muchos medicamentos que requieren de refrigeración, que requieren de condiciones especiales para ser distribuidas a todas las localidades del país, muchas de ellas de muy difícil acceso”, explica.
Una propuesta planteada es adoptar un modelo similar al de Dinamarca, donde los pacientes reciben recetas y las farmacias se encargan de distribuir los medicamentos. Sin embargo, existen preocupaciones sobre la privatización excesiva del sistema de salud.
El gobierno tiene un papel fundamental como el principal consumidor de medicamentos a través del IMSS y el ISSSTE, pero también se señala que es crucial establecer una relación efectiva con el sector privado para mejorar la distribución.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) también juega un rol relevante en la autorización de medicamentos. “El recibir medicamento que se utilizó para el COVID, que simplemente a Cofepris no se le daba la gana de autorizar aunque ya estuviera autorizado en el resto del mundo”, indica Alejandra.
En conclusión, el desabasto de medicamentos en México representa un desafío complejo que requiere una solución integral. Es necesario abordar la logística de distribución, establecer una relación efectiva con el sector privado y mejorar la eficiencia en la autorización de medicamentos por parte de Cofepris.