El presidente Andrés Manuel López Obrador entregó el bastón de mando como dirigente de la cuarta transformación a Claudia Sheinbaum, quien el miércoles ganó el proceso de Morena que la convierte en la representante de ese movimiento para los comicios del año entrante.
Dicha entrega fue en privado en un restaurante del Centro Histórico, donde llegaron gobernadores morenistas y los otros contendientes del proceso partidista; al término, el Presidente salió primero y esperó por unos segundos a Sheinbaum, a quien abrazó y ambos se retiraron caminando hacia el Templo Mayor.
Ahí, solos los dos, y teniendo como marco las ruinas históricas, el mandatario y Sheinbaum dialogaron por unos minutos. El Presidente movía las manos elocuentemente, mientras ella, erguida, sotenía el bastón de mando con ambas manos. Era el momento de la verdadera transmisión de poder.
Antes, ante todos los morenistas convocados a la reunión, Sheinbaum le garantizó al Presidente que cuidará “su gran legado”, pues, dijo, México ya no es un país de unos cuantos.
“Usted es un referente ético y moral que nos ha enseñado a no caernos frente a ninguna adversidad, a no arrodillarnos frente al poder del dinero, a confiar en el pueblo y su dignidad, y a que cuando hay revolución de consciencias y un pueblo se empodera y reconoce su fuerza y su historia, no hay nada que lo detenga.
“Sepa que siempre tendrá nuestro apoyo, cuidaremos su gran legado y sepa que el cierre de su gobierno será espectacular, porque una vez mas el pueblo de México está haciendo historia. México ya no es un país de unos cuantos, México es de todas y todos”, subrayó.
La recién nombrada coordinadora nacional de la Defensa de la Cuarta Transformación sostuvo que el bastón recibido representa “los valores más profundos de nuestra historia viva, de los pueblos indígenas”.