Como “el lugar de los olvidados” se conoce al panteón forense, ubicado en el municipio de Altamira, en donde se encuentran sepultados cerca de 325 cuerpos de personas que no fueron reclamados por sus familiares.
En la fosa común, se observan decenas de cruces en color blanco, muchas de ellas ni siquiera tienen un nombre y solo cuentan con el número de carpeta de investigación que en su momento asignó el ministerio público cuando tomó conocimiento de su defunción.
Las primeras cruces fueron colocadas en aquel lejano año 2016, hoy, el tiempo cobra factura y ante el evidente deterioro por la falta de atención, el óxido empieza a notarse cada vez más, borrando incluso los nombres o números que distinguen una cruz de otra.
“Los olvidados” son visitados por algunas personas que, con flores, veladoras y ofrendas buscan mantener vivo el recuerdo de aquellas personas que alguna vez fueron hijo, hermano, o padre y hoy, no se sabe de su familia.
Algunas de las personas que llegaron a la fosa común, fallecieron en hospitales de la zona como el Torre Cantú o el Carlos Canseco, sin embargo, nada se supo de su familia y su cuerpo no fue reclamado.
Esta fosa común se encuentra en el ejido Benito Juárez en donde se cuenta con 2 mil 897 lotes más los 325 lotes de “los olvidados”.
Hay que recordar que, a principios del año 2023, la administración del gobierno municipal proporcionó un área de 70 metros cuadrados a la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas para que este espacio forme parte de la fosa común, pues se requería de mayores dimensiones para poder trasladar más cuerpos sin identificar.