El Tren Maya enfrenta controversia por la perforación de una cueva subacuática en el Tramo 5, la cual provee agua potable a millones de personas, plantas y animales en la región.
El proyecto del Tren Maya está envuelto en controversia debido a la perforación de una cueva subacuática en el Tramo 5. Esta acción, llevada a cabo sin los necesarios Estudios de Impacto Ambiental (MIAs), ha generado preocupación por la salud del acuífero que proporciona agua potable a millones de personas, plantas y animales en la región. La zona afectada posee un suelo kárstico, conocido por su fragilidad y propensión a formar cavidades subterráneas. La identificación de esta cueva subacuática ocurrió durante trabajos de mecánica de suelos en el mencionado tramo, que ha sido criticado por ser un trazado improvisado sin los adecuados Estudios de Impacto Ambiental.
Cristina Nolasco, activista ambiental y usuaria de X CrisNo (@cris_n0), previamente compartió un video que muestra la perforación en un cenote. En su mensaje, señaló que es ilegal realizar perforaciones con miles de pilotes no contemplados en los estudios para llevar a cabo la construcción del viaducto elevado y puente atirantado.
La implementación de miles de pilotes para la construcción de un viaducto elevado y un puente atirantado en el Tramo 5 no estaba contemplada en los estudios iniciales del proyecto. La comunidad y organizaciones ambientales argumentan que esta decisión podría intensificar el impacto negativo del proyecto en el medio ambiente y el acuífero.
La cuenta @Con_Ciencia se unió a las críticas contra el proyecto, cuestionando la Semana Nacional por la conservación y señalando que llevan al menos un año y medio destruyendo y devastando la selva maya, además de vulnerar el gran acuífero.
En octubre pasado, durante un seminario sobre patrimonio cultural, antropología, historia y legislación del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el activista Michel Duhart, miembro de la organización civil Selvame del Tren, destacó la destrucción y alteración de cenotes en los tramos cinco, seis y siete del Tren Maya.
A finales de octubre pasado, durante el Seminario sobre Patrimonio Cultural, Antropología, Historia y Legislación del Instituto Nacional de Antropología e Historia, el activista Michel Duhart, perteneciente a la organización civil Selvame del Tren, señaló la destrucción y alteración de cenotes en los tramos cinco, seis y siete del Tren Maya.
Estos cuerpos de agua subterránea han experimentado daños como rellenos, obstrucciones con pilotes y otras modificaciones para respaldar la construcción del proyecto ferroviario. Duhart destacó que la alteración de la ruta del tren, que ahora atraviesa selvas con suelos kársticos ricos en calcio, ha causado perjuicios a sistemas acuíferos delicados que desempeñan un papel esencial en el ciclo del agua.
Duhart informó que su equipo de investigación ha descubierto pruebas de contaminación en ciertos cenotes, evidenciada por cambios en el color del agua debido a la presencia de pilotes.
Además, destacó la extensa deforestación en los tramos cinco al siete, estimando la tala de más de 10 millones de árboles. Esta acción, realizada sin una planificación adecuada, está teniendo un impacto negativo en las áreas de cenotes y sitios arqueológicos.
El proyecto del Tren Maya ha generado controversia al perforar una cueva subacuática en el Tramo 5, sin los Estudios de Impacto Ambiental (MIAs) adecuados. Esta acción preocupa por la salud del acuífero que suministra agua potable a millones de personas. La instalación de pilotes para viaductos y puentes no contemplados inicialmente agrava los impactos ambientales. La deforestación indiscriminada y la alteración de cenotes en los tramos cinco al siete han sido denunciadas, afectando a sistemas acuíferos vitales. Además, se informa de la contaminación de cenotes y la difícil situación de especies como los jaguares. La comunidad y organizaciones ambientales critican la falta de planificación y la destrucción causada por el proyecto ferroviario.
La organización Selvame del Tren ha documentado la afectación directa de más de 120 cuevas en distintos tramos del Tren Maya, según informó Michel Duhart. Existe la preocupación adicional de posibles colapsos una vez que el proyecto esté completo. Duhart destacó la falta de contrapesos políticos, señalando que el Tren Maya es una obra militar, y expresó su preocupación por la trivialización de la cultura maya por parte del gobierno. Hizo un llamado a la comunidad académica y científica para manifestarse, documentarse y utilizar las leyes en resistencia contra estos impactos ambientales perjudiciales.