El tribunal designó a la consultora estadounidense Álvarez & Marsal como administrador judicial, siguiendo la preferencia de un conjunto de acreedores.
La justicia de Hong Kong emitió este lunes una orden de liquidación para el endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande en favor de sus acreedores extranjeros. Esta decisión inicia un proceso prolongado e incierto, ya que se plantea la incertidumbre sobre si será reconocido en la China continental, donde se encuentran la mayoría de sus activos.
La jueza del caso, Linda Chan, expresó: “La vista ha durado un año y medio y la compañía todavía no ha logrado presentar una propuesta concreta de reestructuración. Creo que es hora de que el tribunal diga que ya basta”. Chan había otorgado hasta siete aplazamientos a Evergrande para que negociara un acuerdo con sus acreedores.
Informes internacionales indicaban que las últimas negociaciones de Evergrande con sus principales acreedores habían terminado en ruptura, y como resultado, estos decidieron respaldar la solicitud de liquidación presentada a mediados de 2022 por un inversor local, debido al impago de aproximadamente 110 millones de dólares en concepto de recompra de acciones.
El año pasado, Evergrande informó, basándose en un análisis de Deloitte, que la tasa de recuperación para los inversores en caso de una liquidación se estimaría en alrededor del 3.4 %.
Pocos minutos después de conocerse la noticia, las acciones de Evergrande, que aún tiene la posibilidad de apelar la decisión, experimentaron una caída cercana al 21 %. Este descenso arrastró también a las acciones de sus filiales de vehículos eléctricos (-18.2 %) y de gestión inmobiliaria (-2.5 %), y las tres compañías suspendieron su cotización alrededor de las 10:30 hora local.
En una audiencia posterior celebrada horas después, el tribunal designó a la consultora estadounidense Álvarez & Marsal como administrador judicial de Evergrande, cumpliendo así con la preferencia de un grupo de acreedores.
Aunque el CEO de Evergrande, Shawn Siu, aseguró que la empresa “cooperará” con los administradores judiciales y mantendrá una comunicación activa con ellos, también señaló que “tomará todas las medidas legales y promoverá la operativa normal de los negocios del grupo”.
En una entrevista con el periódico económico 21st Century Business Herald, Siu aclaró que la orden afecta a China Evergrande, la división cotizada en Hong Kong del grupo, y afirmó que “la dirección y las operaciones” del conglomerado “se mantienen intactas”, ya que el sistema judicial hongkonés está separado del chino bajo el estatuto de semiautonomía de la antigua colonia británica.
La incertidumbre persiste sobre si China reconocerá la orden. The Standard, un diario hongkonés, respalda la idea de que, aunque la orden podría tener un impacto operativo limitado, sus efectos psicológicos podrían acelerar la crisis del mercado inmobiliario. Además, señala que al menos otras tres promotoras chinas han experimentado procesos similares en Hong Kong desde 2021.
En las semanas recientes, varios expertos habían planteado la incertidumbre acerca de si una orden de liquidación sería reconocida en la China continental. Este tipo de procedimientos está explícitamente excluido del reconocimiento mutuo de sentencias judiciales entre China y Hong Kong. Además, Cantón, donde tiene su sede Evergrande, no forma parte de las tres ciudades incluidas en un programa piloto que reconoce los procesos de liquidación iniciados en Hong Kong.
“Los administradores judiciales tendrán un poder de ejecución muy limitado sobre los activos ‘onshore’ (situados en la China continental) si no logran ese reconocimiento”, señala Lance Jiang, socio de Ashurst LLP, según cita el diario local South China Morning Post.
Evergrande, con una deuda de alrededor de 330,000 millones de dólares, entró en impago hace más de dos años después de enfrentar una crisis de liquidez debido a las restricciones impuestas por Pekín a la financiación de promotoras con un alto nivel de apalancamiento. Posteriormente, la empresa fue intervenida por las autoridades chinas.