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Escándalo Político: Testigos Colaboran con la DEA y Señalan Financiamiento del Narco a AMLO en 2006

Según la agencia, la investigación llevada a cabo por la DEA no concluyó si el presidente AMLO estaba al tanto de esos fondos; además, indica que su colaborador y chofer, Nicolás Mollinedo Bastar, estaba involucrado en el plan.

Según el periodista Tim Golden en un artículo publicado en ProPublica, testigos informaron a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) que destacados traficantes de droga habrían dirigido aproximadamente 2 millones de dólares hacia la primera campaña presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Golden, dos veces ganador del Premio Pulitzer y ex corresponsal en México del diario The New York Times, detalla, a través de más de una docena de entrevistas con funcionarios de Estados Unidos y México, así como documentos del gobierno estadounidense, cómo habría tenido lugar este financiamiento. No obstante, Golden aclara que la investigación “no determinó si López Obrador aprobó o incluso tenía conocimiento de las supuestas donaciones de los traficantes”.

En el artículo titulado “¿Traficantes de drogas canalizaron millones de dólares a la primera campaña de López Obrador?”, Golden menciona que la fuente inicial de los agentes de la DEA fue Roberto López Nájera, un abogado que se presentó voluntariamente en la Embajada de Estados Unidos en México en 2008, solicitando hablar con alguien de la DEA.

En esa ocasión, López Nájera reveló que había sido abogado de Édgar Valdez Villarreal, conocido como La Barbie y figura importante del cártel de los Beltrán Leyva. Según el artículo de Golden, el abogado López Nájera no respondió a numerosos intentos de contacto.

Inicialmente, López Nájera informó a la DEA que el Cártel de los Beltrán Leyva contaba con un informante dentro de la embajada, quien resultó ser un empleado del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos con un acceso considerable a información de inteligencia relacionada con criminales mexicanos buscados por Estados Unidos. Este individuo fue arrestado y acusado de delitos federales relacionados con el narcotráfico, y finalmente, según las autoridades estadounidenses, optó por cooperar.

No obstante, según Golden, no fue hasta la primavera de 2010 que la DEA prestó atención a una de las declaraciones más impactantes de López Nájera. Según él, La Barbie lo había convocado a una reunión en enero de 2006 en un hotel de Nuevo Vallarta, en la costa del Pacífico.

El reportaje sugiere que Francisco León García, conocido como “Pancho” León, organizó esta reunión. En ese momento, León estaba postulándose para el Senado mexicano como representante de la alianza de izquierdas de López Obrador y era amigo de uno de los lugartenientes de La Barbie, Sergio Villarreal Barragán, alias El Grande, quien más tarde se convertiría en un testigo clave en el juicio contra el exsecretario mexicano de Seguridad Genaro García Luna.

López Nájera afirmó que tanto León como otro empresario no identificado mencionaron durante la reunión que estaban allí con el conocimiento y respaldo de López Obrador. En esencia, la propuesta era la siguiente: a cambio de una inyección de dinero en efectivo, la campaña presidencial se comprometió a que, en un eventual gobierno de López Obrador, designaría a funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que colaborarían con los traficantes.

Según los informantes que relataron las negociaciones a los investigadores estadounidenses, se planteó a los traficantes la posibilidad de influir en la selección de líderes policiales en ciudades estratégicas de la frontera. Además, se transmitió a los traficantes el mensaje de que, en caso de ganar la elección, López Obrador no designaría a un fiscal general que fuera percibido como hostil a sus intereses, otorgándoles aparentemente un derecho de veto sobre dicho nombramiento.

Según Golden, La Barbie aceptó el acuerdo y encomendó a López Nájera que se reuniera con funcionarios de la campaña de López Obrador en Ciudad de México para organizar los pagos.

El artículo detalla que, según la información recopilada por la DEA, los pagos se realizaron en tres entregas. En total, la organización de La Barbie habría entregado alrededor de 2 millones de dólares en efectivo a Mauricio Soto Caballero, quien en ese momento era operador de la campaña de López Obrador, y a otros participantes en la campaña.

López Obrador no ganó las elecciones. Según López Nájera, La Barbie se enfureció tanto por la derrota de López Obrador que ideó un plan improvisado para secuestrar al presidente del tribunal electoral y obligarle a revocar la decisión que le dio la victoria a Felipe Calderón. Se organizó un convoy de pistoleros para irrumpir en el tribunal, pero retrocedieron al descubrir la presencia de tropas del ejército custodiando la zona, según la fuente.

Finalmente, Mauricio Soto también se convirtió en colaborador de la justicia estadounidense después de declararse culpable de conspiración para el tráfico de drogas. Soto, al igual que López Nájera, no respondió a las solicitudes de Golden para proporcionar su testimonio en la entrevista.

Algunos funcionarios consideraron que las pruebas obtenidas no eran lo suficientemente sólidas como para justificar los riesgos de llevar a cabo una operación encubierta extensa en México. A finales de 2011, agentes de la DEA propusieron una operación en la que ofrecerían 5 millones de dólares en supuesto dinero del narcotráfico a operativos que trabajaban en la segunda campaña presidencial de López Obrador.

Finalmente, en medio de la controversia generada por la operación “Rápido y Furioso” y el temor a posibles complicaciones en la operación en México, los funcionarios del Departamento de Justicia decidieron cerrar la investigación. También existía la preocupación por la percepción en suelo mexicano, incluso en caso de un resultado exitoso.

Un funcionario familiarizado con la investigación declaró a Golden que “nadie estaba tratando de influir en las elecciones”. Sin embargo, siempre existió el temor de que López Obrador pudiera revertir las políticas en la lucha contra las drogas, planteando la posibilidad de que, si llegara a ser presidente, pudiera tomar medidas en contra de los intereses de Estados Unidos en este ámbito.

Jesús Ramírez Cuevas, el principal portavoz del presidente mexicano, no respondió a múltiples solicitudes de comentarios sobre el reportaje.

Nicolás Mollinedo le indicó a ProPublica que sigue siendo profundamente leal al presidente. Aunque él y su familia han enfrentado acusaciones de enriquecimiento mediante sus conexiones políticas, afirmó que sus emprendimientos comerciales han sido completamente honestos.

Según la información proporcionada por López Nájera, La Barbie se enojó considerablemente ante la derrota de López Obrador, lo que lo llevó a concebir un plan improvisado para secuestrar al presidente del tribunal electoral con el objetivo de forzar la revocación de la decisión que otorgó la victoria a Felipe Calderón. Se organizó un grupo de pistoleros para llevar a cabo un asalto al tribunal, pero se retractaron al percatarse de la presencia de tropas del ejército que resguardaban la zona, según la fuente.

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