La alerta surge en un momento en el que aumenta la presión por parte de Estados Unidos para controlar el tráfico de fentanilo desde México. Esta situación resalta la necesidad de abordar de manera urgente el problema tanto desde el punto de vista de la salud pública como de la seguridad fronteriza.
Una organización que brinda atención a personas con adicciones en la frontera entre México y Estados Unidos ha emitido una alerta sobre el aumento del consumo de fentanilo entre migrantes que llegan a Ciudad Juárez. Se informa que algunos de estos migrantes ya llegan con problemas de consumo de drogas desde sus países de origen, exacerbando la situación en la región fronteriza.
Julián Rojas Padilla, coordinador de Reducción de Daños en el Programa Compañeros, una asociación civil que brinda apoyo a consumidores que desean dejar las sustancias, señaló este lunes que el fentanilo, mezclado con otras drogas en Juárez, ha llevado a que este nuevo y peligroso narcótico afecte a los migrantes.
El activista explicó que entre las personas que llegan a Ciudad Juárez han identificado a aquellas que consumen alguna droga, así como a quienes ya las consumían en sus lugares de origen y, al enfrentarse a las difíciles condiciones de la migración, vuelven a consumir.
“La falta de oportunidades laborales, de redes de apoyo y las condiciones de vulnerabilidad en las que se encuentran los exponen a experimentar con otro tipo de sustancias o a retomar las que ya consumían en su lugar de origen y que dejaron por un tiempo”, explicó.
La alerta surge en un momento en el que aumenta la presión por parte de Estados Unidos para controlar el tráfico de fentanilo desde México. Estados Unidos afirma que la droga y sus precursores químicos llegan desde Asia al país, mientras que el presidente Andrés Manuel López Obrador niega que exista un problema de consumo.
La Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones (Conasama) reportó que en 2023 se atendieron a 430 pacientes por haber ingerido fentanilo, lo que representa un incremento del 29% respecto a los 333 del año anterior.
“Estos casos se concentran en estados del norte del país como Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Sinaloa y Sonora. Esto muestra que el incremento es a nivel local, no nacional. Sin embargo, la principal preocupación radica en su alta letalidad”, advirtió la Conasama en un informe.
Rojas Padilla explicó que el fentanilo es un opioide sintético que es 150 veces más potente que la heroína y 100 veces más potente que la morfina, lo que lo convierte en una sustancia sumamente letal y peligrosa.
Detalló que el fentanilo tiene un efecto de sedación y letargo extremadamente potente, lo que puede dejar a las personas en un estado similar al de un “zombi”, donde quedan inmóviles y pierden la noción del tiempo.
Y alertó que esta sustancia no tiene color ni olor, lo que hace que aquellos que consumen cualquier otra droga adulterada con fentanilo puedan sufrir una sobredosis con facilidad.
“Hemos escuchado experiencias de usuarios que han consumido fentanilo en pastillas y otros no tienen idea sobre si ha sido fentanilo o no, pero platican que han tenido la experiencia de que la heroína trae un efecto más potente y, por eso, asumen que han consumido fentanilo”, contó.
El experto advirtió que esto pone aún más en riesgo a la población migrante, pues cuando consiguen alguna sustancia no tienen la posibilidad de saber si está adulterada con fentanilo.
“Las personas no se dan cuenta hasta que lo consumen y experimentan una sobredosis. Esa es la forma en que detectan la presencia de fentanilo”, indicó.
Enrique Alarcón de la Paz, un migrante originario del centro de México que llegó a Juárez, ha consumido fentanilo y ha ingresado al Programa Compañeros para tratar su adicción.
“Sí he consumido fentanilo, en forma de pastillas, y en mi experiencia ha sido difícil porque es una droga muy fuerte. Me ha llevado a vagar por las calles y a realizar muchas cosas desagradables debido a la adicción que tengo. No es algo placentero, es una droga muy fuerte que me ha llevado al fondo”, confesó.
Recomendó a las personas evitar el consumo de cualquier droga, ya que una adicción puede llevar a otra.
“La primera vez sentí que era mejor que la heroína, experimenté la euforia. A los jóvenes les digo que no prueben ninguna droga, porque una cosa te lleva a otra”, expresó.