Patricia Azuara
Su meta al salir de la preparatoria fue estudiar comunicación. Mientras llevaba a cabo su preparación académica, logró ingresar a una reconocida estación de radio y pronto se convirtió en conductora de noticias y reportera.
Sus días avanzaban sin mayor problema enfocada en su carrera y su trabajo, hasta que Dios y el destino la llevaron a su verdadera vocación: La Repostería. ¿Y cómo ocurrió esto? Te cuento la historia.
Sandra Sígala, es una joven madre de dos hijos. Casada y con una empresa que va en crecimiento; su incursión en la pastelería se dio cuando durante su embarazo desarrolló taquicardia y problemas de ansiedad, lo que la imposibilitó para continuar con su labor como periodista.
“Por eso tuve que quedarme en casa y para alguien que está acostumbrado andar para arriba y para abajo, eso es muy difícil”, contó su historia en un video publicado en sus redes sociales.
Para que superara esos padecimientos, su esposo decidió regalarle unos cursos de repostería en una reconocida escuela de gastronomía en Tampico, Tamaulipas, donde radica.
“Mi esposo me regaló un diplomado en repostería para que al menos socializara un poco, conociera a más personas, me distrajera un poco del bebé, porque siempre quise cuidarlo yo, nunca he querido que alguien más cuide a mis hijos por mi”.
Al poco tiempo comenzó a hacer pasteles para su familia, principalmente para los mas pequeños de la casa, sus sobrinos. Sus primeras decoraciones no eran del todo perfectas, pero estaban hechas con mucho amor.
En su pequeño horno, apenas podía hacer un pastel de 20 centímetros de diámetro, no tenía base giratoria y apenas contaba con una duya. Con solo 12 fotografías abrió su página de Facebook: Sandra Sígala Repostería. Y comenzó la gran aventura.
“Me animé a abrir mi página de Facebook y comenzaron a llegar los likes, era difícil salir a comprar insumos con mi bebé chiquito, así es que hicimos el esfuerzo por comprar un coche y así decidí entregar los pasteles a domicilio”.
“Llegó mi primera KitchenAid y si eres pastelera me vas a entender para mi era preciosa”, continuó el relato que pronto rebasó las 350 reacciones.
Mientras era mamá y esposa de tiempo completo, impulsaba su pequeño pero gran negocio. Luego de iniciar su emprendimiento sus ventas comenzaron a incrementar, por lo que su esposo decidió regalarle una estufa, para facilitar los procesos.
“Mi estufa era con horno de convencción, doble parrilla, preciosa y obvio súper funcional, como vimos que estucó creciendo cada vez la cantidad de pedidos, compramos más colorantes, moldes, domos, de todo”.
Al ver que era una verdadera oportunidad de negocio, que le permitía estar con sus hijos y en casa, decidió seguir preparándose y tomó diversos cursos con pasteleras de mayor experiencia.
“Eso me ayudo muchísimo a mejorar mis técnicas, mis acabados, y ahora mis pasteles se ven así”, mostró las obras de arte a sus seguidores y clientes.
Sandra Sígala es creadora de diferentes sabores de pasteles, como el de Carlota de Limón, que se comercializa en diversos lugares da la ciudad. Además tiene su blog “Las Madrugadas de una Pastelera”, en donde escribe y comparte sus experiencias y trata de enseñarles a sus clientes el porqué de todo.
“Estos videos han sido compartidos por pasteleros de muchas ciudades”. La comunicadora y repostera no está exenta de los ciberataques y de los clientes complicados que lejos de afectarla, la empujaron más a la cima.
“Como la anécdota del osito bailarín, pero eso me ayudó y pasé de vender un pastel a 20 diarios en plena pandemia. Y llegaron 7 mil seguidores nuevos”.
Con el éxito llegó también su segunda hija, que no fue impedimento para que continuara con su empresa. Con su bebé en brazos y el pequeño de tres años en el asiento trasero del vehículo, continuó sin descanso.
En su estrategia de ventas, decidió abrir su página de Tik Tok en donde además de ofrecer sus productos, cuenta su historia y su día a día, y ya logró ser inspiración para muchas personas.
“Abrí mí Tik Tok y comencé a contar mi vida, a la gente le gustó porque lo utilizo como un diario y ya son casi 150 mil seguidores. Decimos comprar un celular que tuviera mejor calidad para compartir sus videos”.
Y aunque su pasión son los pasteles, está intacta la comunicóloga que lleva dentro y su gusto por la fotografía. “No puedo hacer algo que amo como la fotografía, la cámara, hablar, interactuar, todo es parte de personalidad”.
Sandra compartió, que con el esfuerzo conjunto, ya comenzaron la construcción de su casa “y ahí la llevamos poco a poco”.
Pero no todo es miel sobre hojuelas y recientemente, diagnosticaron al mayor de sus hijos con TA, “es autista, y eso me ha tomado más tiempo para o investigar del tema, para cuidar mi salud mental, evitarle crisis, para entenderlo y dar el triple para ser una mejor mamá.
A la par del resultado de su hijo, se enfrentó a una cauterizacion en la matriz por precancer “y mientras también lidiaba con gente que dejaba comentarios solamente porque tiene internet”.
Pero ni todas las adversidades que puedan presentarse detienen a Sandra, que además es fanática de los Kumbia Kings y también se dedica a tomar fotografías para eventos sociales.
Dos de sus pasteles se han viralizado con más de 100 mil reacciones, por lo que decidió ofrecer cursos en línea para que todos aprendieran a hacer las delicias de la repostería. Diariamente recibe mensajes de personas de varias partes de Latinoamérica y su trabajo ha llegado hasta España, Suiza y Canadá.
“Sigo creando más sabores, me sigo preparando, sigo construyendo, invirtiendo, sigo haciendo más combinaciones y sido creando contenido para mis redes”.
“Interactuando con todos ustedes porque de verdad amo hacerlo y amo recibir sus mensajes contándome sus historias de vida, y diciéndome cómo los he inspirado o mi trabajo los ha inspirado. Para ser más porque sé que todavía pueden dar más, de verdad eso me cae muy feliz,
Sandra Sígala aseguró que nada de todo esto hubiera sido posible sin el apoyo de su esposo, de su familia y sobre todo de Dios, quien nunca la abandona y de sus clientes y seguidores.
“Ya somos 53 mil en Facebook y voy a seguir subiendo recetas y les voy a seguir diciendo que le eche más ganas porque si se puede. Si yo pude, tú también. Ni mi esposo ni yo, venimos de una familia económicamente privilegiada, todo nos ha costado y hemos empezado desde cero desde que nos casamos”.
“Y todo esto lo he logrado mientras soy fotógrafa de eventos, mamá, esposa, hija, pastelera, amiga y mientras trato de encontrar un tiempo para mi, para se mejor persona y para cuidarme. Y si eso no es crecer, entonces no sé qué sea”.