La ONU alertó que la aparición de nuevos opioides sintéticos está provocando un aumento de las muertes por sobredosis y dificultando la lucha contra las drogas en todo el mundo.
La Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) alertó este miércoles que la aparición de nuevos opioides sintéticos está provocando un aumento de las muertes por sobredosis y dificultando la lucha contra las drogas en todo el mundo.
Según el Informe Mundial sobre Drogas 2024 de la ONU, muchos usuarios de nuevas sustancias psicoactivas están consumiendo nitazenos, opioides aún más potentes que el fentanilo, con cifras alarmantemente altas de sobredosis, especialmente en América, Europa Occidental y Oceanía.
Angela Me, jefa de Investigación y Análisis de la UNODC, explicó en una rueda de prensa telemática que los nitazenos “son más baratos de producir que la heroína, no se necesitan grandes cantidades para su consumo y tienen un mayor potencial adictivo”. Su consumo a menudo se debe a la falta de conocimiento, ya que pueden ser confundidos con otros estupefacientes como la heroína o pueden estar presentes como adulterantes en otras drogas.
En medio de la expansión de los nitazenos, la prohibición de la adormidera en Afganistán ha resultado en una caída del 74% en la oferta mundial de opio, dejando a Birmania como el principal productor mundial de esta droga.
Por otro lado, la cocaína ha experimentado un notable aumento en su consumo. En 2022, la producción alcanzó un nuevo récord con 2,757 toneladas de droga pura, un aumento del 20% respecto al año anterior y tres veces más que los volúmenes registrados en 2013 y 2014.
En este contexto, según el informe, han aumentado los enfrentamientos entre bandas criminales y la violencia mortal en las rutas de contrabando o producción, afectando áreas como Ecuador, México, Colombia y países de los Balcanes, así como en los países consumidores de Europa Occidental.
Los narcotraficantes están amenazando cada vez más la seguridad y la estabilidad medioambiental al expandir sus actividades ilícitas a nuevos ámbitos, como el contrabando de especies silvestres, la extracción ilegal de recursos naturales y el fraude financiero. Los grupos más vulnerables, como las mujeres y los migrantes, son las principales víctimas de esta inestabilidad.
“A veces se ven obligadas a recurrir al cultivo de opio o a la extracción ilegal de recursos para sobrevivir, endeudándose con grupos criminales o consumiendo drogas”, señaló la UNODC.
En las zonas fronterizas, especialmente en el Triángulo Dorado (Birmania, Laos y Tailandia) y en el cruce de fronteras entre Argentina, Brasil y Paraguay, el impacto en las comunidades locales es aún mayor.
La directora ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly, afirmó que “la producción, el tráfico y el consumo de drogas continúan exacerbando la inestabilidad y la desigualdad, al tiempo que causan daños indecibles en la salud y el bienestar de las personas”.
El informe también aborda la legalización del cannabis para uso recreativo en Canadá, Uruguay y varios estados de Estados Unidos, sugiriendo que hay indicios de que esta medida ha impulsado su consumo nocivo.
En Canadá y Estados Unidos, las hospitalizaciones relacionadas con el consumo de cannabis han aumentado, especialmente entre los jóvenes. Además, se han incrementado los trastornos psiquiátricos y los intentos de suicidio asociados al consumo habitual, según afirma el documento.
En 2022, un total de 292 millones de personas consumieron drogas, de las cuales el 78% utilizaron cannabis.
El consumo de psicodélicos también está creciendo rápidamente, tanto para fines terapéuticos como en retiros espirituales, viajes, o festivales relacionados con movimientos de espiritualidad.
La ONU alerta que estas actividades son organizadas tanto por empresas que operan en países donde el consumo es legal como por grupos ilícitos que “promueven un uso no supervisado, cuasi terapéutico y no médico”. Esto ocurre en medio de lo que la ONU denomina un “renacimiento psicodélico”, con un renovado interés por sustancias como el LSD, el MDMA y la ketamina.
El Informe Mundial sobre las Drogas analiza los mercados, tendencias y evolución de las políticas en materia de drogas, con el objetivo de abordar sus efectos en la salud pública y mitigar sus impactos.