NASA ha otorgado a SpaceX 843 millones de dólares para desarrollar un vehículo que impulse la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) hacia la atmósfera terrestre, donde será destruida, alrededor de 2030. Esta tarea originalmente estaba destinada a los propulsores rusos.
Según su nuevo contrato con la NASA, SpaceX construirá el Vehículo de Desorbitación de EE. UU., diseñado para desorbitar la Estación Espacial Internacional (ISS) y evitar riesgos para las áreas pobladas. La NASA se encargará de la nave y de la operación de desorbitación.
El laboratorio de investigación, de tamaño comparable a un campo de fútbol, ha sido operado principalmente por Estados Unidos y Rusia y ha estado continuamente atendido por astronautas durante sus aproximadamente 24 años de operación. Sin embargo, el envejecimiento de sus componentes llevó a la NASA y a sus socios internacionales a establecer 2030 como la fecha planificada para su retiro.
Estados Unidos, Japón, Canadá y los países miembros de la Agencia Espacial Europea se han comprometido a mantener la asociación de la estación espacial hasta 2030. Por su parte, Rusia ha acordado seguir siendo socio hasta 2028, ya que la agencia espacial rusa, Roscosmos, considera que su hardware puede durar hasta esa fecha.
La cooperación científica a bordo de la ISS, que orbita a aproximadamente 400 kilómetros de la Tierra, ha perdurado a pesar de años de conflictos geopolíticos en la Tierra, incluida la guerra de Rusia en Ucrania, que ha terminado con casi todos los demás vínculos de cooperación con el mundo occidental.
Esos propulsores rusos estaban originalmente destinados a impulsar la ISS hacia la atmósfera terrestre al final de su vida útil. Sin embargo, en los últimos años, la NASA ha buscado desarrollar sus propias capacidades de desorbitación en caso de que Rusia se retire de la alianza antes de lo previsto o no pueda realizar la tarea.
El plan de desorbitación de Estados Unidos se aceleró en los últimos años debido a la presión de la Casa Blanca y otras entidades gubernamentales, que instaron a la NASA a preparar planes de contingencia ante el deterioro de las relaciones con Rusia.
Para después de 2030, la NASA ha estado financiando el desarrollo temprano de estaciones espaciales privadas en órbita terrestre baja, con el fin de mantener la presencia estadounidense en esa región. Airbus y Blue Origin, la empresa de Jeff Bezos, están involucradas en estos esfuerzos.
Aunque el mercado de estaciones espaciales privadas no se comprende completamente, los funcionarios estadounidenses consideran crucial un reemplazo comercial de la ISS para competir con la nueva estación espacial china en órbita terrestre baja.
La NASA y China están compitiendo para llegar a la Luna. La agencia espacial estadounidense está invirtiendo miles de millones de dólares y asociándose con varios países y empresas, incluida SpaceX, para devolver a los primeros humanos a la Luna desde 1972.