El 21 de junio del 2024, luego del paso de la tormenta tropical Alberto, comenzó otra crisis para el municipio de Tula, Tamaulipas. De manera misteriosa aparecieron grandes grietas en la tierra, provocando daños en algunas viviendas y temor entre habitantes de Congregación El Carmen de que sus casas se las tragara la tierra. De reportar 3 kilómetros de grietas en aquella ocasión, ahora se han detectado más de 10 kilómetros.
Al siguiente día, el 22 de junio, la preocupación de los habitantes se hizo mayor, pues el peligro era latente en Congregación El Carmen y Vázquez Gómez.
Los colonos expusieron en redes sociales que ya las grietas habían llegado hasta las casas donde tuvieron que desalojar a las familias ante el temor de que fueran devorados por la tierra.
En ese momento todavía no acudía ninguna autoridad de Protección Civil para que se trasladaran al lugar y hacer una valoración y determinar si se tenían que desalojar algunos habitantes de sus casas ante el inminente peligro.
Para el 27 de junio, el pueblo mágico de Tula se convirtió en noticia nacional por la aparición de las enormes grietas que simulaban una especie de falla de San Andrés tamaulipeca.
Para inicios del mes de julio, empezó a brotar agua caliente desde las grietas que se encontraban en el Ejido San Juan, misma que corría por los tramos de algunos ranchos.
El 4 de julio llegaron investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas para intentar revelar el misterio de lo que ocurre con las enormes grietas.
La situación de riesgo, alarma y psicosis en las comunidades afectadas se relajó de cierta manera luego de recibir cálidamente por parte de los habitantes de estos lugares afectados a dicho grupo de investigadores, tomando en cuenta que todavía no había una información real sobre el riesgo latente y del cual se desconoce su origen y consecuencias.
Apenas llegaron por la mañana y la brigada de especialistas visitaron la zona de riesgo donde explicaron a los habitantes que la Universidad ya tiene estudios geológicos en esta región desde hace 18 años, por lo que ya cuentan con ciertas hipótesis de las posibles causas de las manifestaciones geológicas.
Luego de tener contacto con la primer grieta y analizarla, cada uno de ellos desde su especialidad dijeron que regresarán a platicar con la comunidad que ya esperaban la información, pero volverán con equipo sofisticado para realizar estudios más puntuales.
Sin embargo, los geólogos dejaron en claro que queda eliminada la principal preocupación de que fuera la aparición de una placa tectónica en la región, pero sí observaron que el agrietamiento se estaba incrementando en un rumbo ya predefinido por la propia grieta y era necesario que, en los casos de quienes habitan a menos de 10 metros de donde está pasando, deben hacer un desalojo temporal de las casas ya que con las siguientes lluvias posiblemente crezcan más y surjan otras grietas.
Los especialistas señalaron que lo que estaban desarrollando era ciencia y esto conlleva un método científico que debe garantizar conclusiones confiables, sin embargo pedían a la población que no se alarmaran por algunas personas que, manipulando creencias, estaban manifestando un gran desastre para medio municipio de Tula.
Será en los siguientes días cuando los expertos regresarán, por ello pidieron a las diferentes comunidades autorizarles el acceso y de ser posible los acompañen a realizar las actividades correspondientes y brindarles certidumbre.
El grupo de investigadores de la UAT estuvo integrado por:
Dr. René Ventura Houle, especialista en Hidrología
Dr. Oscar Guevara Mansilla, geofísico
Dr. Tomás Alejandro Peña Alonso, especialista en Geología Estructural
Dra. Gina Villalobos Escobar, sismóloga
M. C. Luis Gerardo Vázquez Guevara
Dr. Jacinto Treviño Carreón, biólogo de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, Victoria y Facultad de Ingeniería de Tampico.