Patricia Azuara
Tener un hijo con Trastorno de Déficit de Atención (TDA) es empezar de cero todos los días, explicó al iniciar la entrevista, Ricardo Zapata, papá de Alejandro Zapata. Enseguida encendió un cigarro para continuar la charla, y así rompimos el hielo.
A los seis años, Alex fue diagnosticado con TDA. En medio de una ola de dudas y desconocimiento, sus padres pensaron que el resultado clínico no era tan grave, pero al paso del tiempo, entendieron y aceptaron la complejidad de esta condición.
El menor ahora tiene 13 años y aunque avanza a paso muy lento, y en ocasiones hay retrocesos, Ricardo no claudica y hace, reinventa, crear y fortalece ideas, para lograr que su hijo sobresalga en medio de una sociedad que discrimina, lacera, señala, y poco entiende esta condición.
“Se lo detectamos en la primaria, no sabíamos que tenía TDA porque no era tan disperso, después de los cuatro o cinco años, se le fue acentuando mucho, y ahora creo que más”.
“El niño camina para un lado y otro, divaga y viaja mucho, se pierde completamente en la inmensidad, tú le puedes estar hablando y no te escucha, e incluso tiene problemas de lenguaje”.
“Cuando vas descubriendo que sí afecta al desarrollo humano de las personas, incluso el desarrollo social, psicológico, es cuando entiendes la realidad de lo que vive tu hijo”.
Tras comprender la difícil situación de su hijo, Ricardo empezó el reto, que quizá, será el más difícil de su vida: acompañar, cuidar y orientar a Alex, quien vive en un mundo muy alejado de la realidad y sufre rechazo principalmente en su entorno escolar.
El primer desafío fue encontrar una escuela que lo recibiera, y que tuviera los maestros capacitados en el tema, en una ciudad y un país, donde hay falta de incisión y capacitación para las personas que enfrentan este tipo de condiciones.
“Tienes que aceptar que tu hijo no va a ser muy bien aceptado. El año pasado en su cumpleaños, él quiso hacer una reunión con sus amigos de la escuela ¿sabes cuantos vinieron?, ninguno”.
“Se siente muy feo, claro, pero me tengo que comer todo, y también sé que le hacen bullying, pero como familia, lo ayudamos todos los días, es una rutina, diaria, para que él pueda adaptarse e integrarse”.
Introvertido, ansioso, disperso, pero feliz, así lo describe su padre, quien a ratos se agota de tener que empezar de cero cada mañana, desde recordar lo básico como lavarse los dientes, hasta lo más complejo, que es sostener una charla acercada a la coherencia.
“Mi hijo, te soy sincero, yo siento que él ni siquiera se da cuenta, que existe un mundo afuera, él esta metido en el suyo, su mundo es la fantasía, como papá tienes que aceptar que es así, no es el único, ni será el ultimo, lamentablemente”.
“Son personas que tienden a no estabilizarse emocionalmente con la gente, fracasan mucho en sus relaciones sentimentales. A Alex le dices ve al cuarto y tráeme esto, y vas y está haciendo otra cosa, si le preguntas que desayunaste, no se acuerda, su memoria a corto plazo es nula”.
El TDA es un tema de paciencia y dedicación, dijo al recordar, que aceptar el diagnóstico no fue complicado, pero el proceso de tratar y llevar esta condición es algo que hasta la fecha le cuesta trabajo.
Aunque Alex sabe que tiene TDA, poco entiende sobre su condición, pero lo que siempre le inculcan sus padres es que no debe ser una limitante en su vida. Sobre su futuro, Ricardo, tiene claro que debe formar un hombre independiente, que sea capaz de enfrentar el mundo, en el momento que le toque hacerlo.
“Un día quiere ser músico, luego influencer, ahora está muy metido en el dibujo, luego me dice que esta interesado en la robótica, pero bueno, voy a tener que descubrirlo yo, eso nos toca a los padres, saber en qué encaja, en qué encausarlo”.
“Pienso que Alex podría llegar a ser grandes cosas si él aprovecha su condición porque es muy inteligente, pero también pienso que puede ser un completo desorden si no lo guiamos”.
“Yo siempre he sido muy abierto a la vida y decir, ¿que más hacemos? esto lo va a tener que vivir, ya nació con esa condición, no se la puedo quitar, solo puedo más que ayudarlo, se lo he dicho a su mamá, yo haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarlo”.
13 de Julio Día Internacional del TDAH
Cada 13 de julio conmemoramos uno de los trastornos más comunes de la infancia, que afecta a nivel mundial a 1 de cada 10 niños o jóvenes en edad escolar. Se celebra el Día Internacional del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.
Con esta efeméride se pretende sensibilizar y concienciar a la población mundial acerca de este trastorno crónico del desarrollo neurocognitivo, así como apoyar a las personas que lo padecen y sus familiares.
El TDAH es un trastorno crónico del neurodesarrollo que se caracteriza por la falta de atención, memoria, dificultades en la interacción social y el comportamiento hiperactivo-impulsivo.
No es una condición que solamente se presente en la infancia, ya que ante la falta de continuidad en los tratamientos, gran parte de la población con TDAH o TDA persiste en la adultez con los síntomas que tenían cuando eran niños y adolescentes. Solo entre el 10 y 20 por ciento llegan a la adultez sin síntomas significativos.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) se habla que este trastorno afecta al menos al 5 por ciento de la población mundial y al menos un millón y medio de niñas y niños la tendrían.