De acuerdo con la firma S&P Global Ratings, la inversión de nuevas empresas en México es muy baja en comparación con el porcentaje del PIB, y ha alcanzado el nivel más bajo desde 2012.
En 2023, México registró la inversión extranjera directa (IED) más baja en proporción al producto interno bruto (PIB) de la última década, según informó María Consuelo Pérez, directora general de S&P Global Ratings para América Latina.
María Consuelo Pérez, directora general de S&P Global Ratings para América Latina, comentó durante la Tercera Convención Binacional de la American Society de México: Un Nuevo Futuro Compartido, que la inversión extranjera directa (IED) en México no ha crecido en 2023, representando menos del 0.3% del PIB, la cifra más baja en la historia reciente.
Pérez señaló que la inversión de nuevas compañías en México ha sido extremadamente baja en relación con el PIB, alcanzando los niveles más bajos desde 2012. Aunque la llegada de nueva inversión extranjera ha disminuido, las reinversiones de empresas ya establecidas en México continúan, lo cual indica que las compañías extranjeras existentes siguen comprometidas con el país.
“La inversión extranjera directa incluye reinversiones de compañías ya localizadas en México, y esto es positivo porque muestra que las empresas desean permanecer en el país,” explicó Pérez.
La especialista María Consuelo Pérez indicó que México ha tenido dificultades para atraer nueva inversión extranjera, especialmente en la industria de microcomponentes, debido a las leyes de Estados Unidos.
“La evidencia del nearshoring muestra que ha sido un proceso lento y no ha avanzado tan rápido como se esperaba, a pesar de las grandes expectativas para México,” comentó Pérez.
Agregó que México es el único país en América Latina con una oportunidad significativa para atraer empresas a través del nearshoring. Destacó que la construcción no residencial, como la expansión y edificación de parques industriales en el norte del país y el Bajío, creció un 20% en 2023, marcando el mayor incremento histórico en este sector.
“Es un aspecto positivo, ya que refleja un crecimiento y expansión de capacidades para atraer más empresas y utilizar estas instalaciones,” señaló.
Pérez subrayó la necesidad de que el gobierno mexicano impulse la generación de energías limpias, desarrolle planes para abordar la crisis hídrica y asegure la capacitación del personal para maximizar la llegada de empresas mediante nearshoring.
Además, comentó que durante los últimos diez años previos a la pandemia de COVID-19, el crecimiento promedio en México fue del 2.4%. La proyección para este año es de un 1.5%, según datos del Banco de México, lo que sugiere una desaceleración en el crecimiento.
“La manufactura, que representa el 22% del PIB, creció un promedio del 2.8% antes de la pandemia. Necesitamos un crecimiento del 2.6% para alcanzar un incremento del 3% en el PIB. Esto requerirá un esfuerzo significativo, ya que se necesita un crecimiento del 5.6% anual en los próximos años para alcanzar el objetivo del 3%,” concluyó Pérez.