Sólo el 13% de los cargos en los consejos de administración de las empresas que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) están ocupados por mujeres, manteniendo la misma cifra que en 2023, según un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y Kiik Consultores.
El informe, basado en el estudio de más de 200 emisoras, indica que el progreso en la participación de consejeras independientes ha sido lento, aumentando de 3.8% en 2021 a 4.6% en 2024.
Además, solo el 7% de las empresas cuenta con al menos un 30% de mujeres en sus consejos, aunque esto representa un ligero incremento con respecto al año anterior (6%). Nueve consejos están presididos por mujeres, mientras que casi uno de cada cuatro está compuesto únicamente por hombres.
Para reconocer el avance, 50/50 Women on Boards otorgó premios a 12 emisoras de la BMV que tienen al menos tres mujeres en sus consejos. BBVA lidera con cinco consejeras, seguido por Fresnillo PLC y la BMV, con cuatro, y otras empresas como Traxion y Grupo Bimbo, que tienen tres.
En cuanto a direcciones generales, el IMCO señala que, a pesar de que las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral, solo el 23% ocupa una dirección jurídica, el 11% una dirección financiera y apenas el 3% una dirección general. Comparado con 2023, la presencia de mujeres en direcciones generales ha disminuido un punto porcentual.
El 73% de las empresas no tiene mujeres en puestos de dirección relevantes, y solo una cuenta con mujeres en las tres áreas clave.
En términos de sectores, la mayor representación femenina se encuentra en salud (24%), mientras que servicios públicos (9%) y telecomunicaciones (11%) tienen la menor. En direcciones relevantes, los sectores de energía y telecomunicaciones no presentan participación femenina, mientras que en salud y servicios públicos la cifra es del 30% y 25%, respectivamente.
El IMCO sugiere mejorar la transparencia mediante la información en informes corporativos y financieros, así como la recopilación de datos con enfoque de género. También propone modificar procesos y establecer indicadores de evaluación por sexo, revisando criterios de selección de personal y monitoreando el avance en la promoción de mujeres. Además, aboga por invertir en políticas de inclusión que vayan más allá de compromisos públicos, incluyendo acciones como capacitación en diversidad y equidad en el presupuesto anual.