A principios de este año, OpenAI eliminó discretamente ciertas cláusulas en sus políticas de uso que prohibían el uso de sus productos con fines militares, mientras que su CEO, Sam Altman, y otros ejecutivos comenzaron a explorar la colaboración con el sector de defensa. Como parte de esta estrategia, OpenAI se asoció con Carahsoft, un contratista del gobierno que ha sido acusado de fijación de precios en contratos del Departamento de Defensa.
Carahsoft ha incluido a OpenAI en un vehículo contractual del Departamento de Defensa denominado CHESS (Computer Hardware, Enterprise Software and Solutions), que permite al gobierno adquirir servicios de empresas privadas de manera rápida y con menos burocracia. Esto facilita la provisión de tecnología, como servicios de inteligencia artificial y software de productividad, al Pentágono, junto con otras grandes empresas tecnológicas como Google y Microsoft. CHESS es la principal fuente designada por el ejército para tecnología comercial, simplificando el proceso de adquisición de tecnologías listas para usar.
OpenAI confirmó su incorporación a CHESS en mayo, poco después de comenzar su relación con Carahsoft. Aunque aún no ha ejecutado un contrato a través de este vehículo, Carahsoft ha facilitado otros contratos gubernamentales para OpenAI, incluyendo licencias de ChatGPT a la NASA y otros contratos con el Departamento de Agricultura de EE. UU. para el acceso a plataformas de modelos de lenguaje.
La entrada de OpenAI en CHESS ofrece una vía para colaborar con el Departamento de Defensa, en un contexto de creciente escrutinio sobre el uso de inteligencia artificial en aplicaciones militares. Desde su fundación en 2004, Carahsoft se ha convertido en un importante intermediario entre grandes empresas tecnológicas y el gobierno, obteniendo contratos significativos del Departamento de Defensa.
Recientemente, Carahsoft ha estado bajo investigación por parte del FBI y enfrenta demandas por presunta conspiración en la fijación de precios de contratos con el Departamento de Defensa. Anteriormente, también llegó a un acuerdo por 75 millones de dólares relacionado con acusaciones de cobros excesivos al gobierno, aunque no admitió irregularidades.
Los esfuerzos de OpenAI para establecer lazos con el Pentágono comenzaron el año pasado, cuando invirtió más de 200,000 dólares en actividades de lobby. La empresa también trabaja con el ejército en el desarrollo de herramientas para reparar automáticamente vulnerabilidades de sistemas.
OpenAI está buscando activamente oportunidades con agencias gubernamentales a través de seminarios y eventos. En uno reciente, se mostró cómo ChatGPT puede ser utilizado para mejorar la productividad en el gobierno. Carahsoft también está expandiendo su cartera de inteligencia artificial, trabajando con otras startups emergentes.
La asociación con Carahsoft podría facilitar que estas empresas, que suelen enfrentar dificultades para acceder al sector público, logren mayor visibilidad y oportunidades de negocio.
