Los empleados públicos de Argentina comenzaron este martes una huelga de 36 horas, marchando desde el Obelisco de Buenos Aires hasta el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado para protestar por los bajos salarios.
Los empleados públicos de Argentina iniciaron este martes una huelga de 36 horas, marchando desde el Obelisco de Buenos Aires hasta el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado. La protesta busca denunciar los bajos salarios, los despidos y las políticas de recortes implementadas por el Gobierno de Javier Milei.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), el principal sindicato de empleados públicos del país, convocó la protesta para “evitar que el Estado termine usurpado por los grandes grupos de empresarios”, según un comunicado del gremio.
“El pueblo está comenzando a tomar conciencia de la estafa. Nos mintieron, no había ‘ñoquis’ (empleados públicos que no cumplen funciones) ni un Estado sobredimensionado. Este Gobierno se aferra a la casta”, afirmó Rodolfo Aguiar, titular de ATE, en la nota.
Desde la medianoche del miércoles, se espera que se sumen a la huelga los trabajadores del transporte aéreo, ferroviario y del metro de Buenos Aires, mientras que el jueves lo harán los conductores de autobuses, especialmente en el área metropolitana de la capital argentina.
El portavoz presidencial, Manuel Adorni, calificó hoy de “privilegiados” a los trabajadores que participan en la huelga y las protestas, afirmando que defienden sus propios “beneficios”.
“Los que se declaran en paro son privilegiados, aquellos que pueden permitirse esa opción, mientras que los argentinos de bien no tenemos esa posibilidad y, además, no queremos parar”, declaró el vocero.