Expertos advierten que Trump adoptará una política más proteccionista e isolationista, con aumentos en los aranceles, lo que podría impactar negativamente las economías de Latinoamérica.
Donald Trump, quien logró una contundente victoria en las elecciones de Estados Unidos celebradas el martes, probablemente no centrará demasiada atención en la política exterior hacia México y el resto de Latinoamérica durante su próximo mandato. Sin embargo, varios expertos advierten que un giro hacia el proteccionismo económico podría tener consecuencias negativas para la región. Este enfoque podría implicar mayores barreras comerciales y aranceles más altos, lo que afectaría el flujo de bienes y servicios entre Estados Unidos y los países latinoamericanos, generando posibles dificultades económicas para varios de sus socios comerciales.
Todo parece indicar que, bajo la presidencia de Trump, Estados Unidos adoptará una política más proteccionista e isolacionista, con un aumento de los aranceles, lo que “podría afectar a muchas economías de América Latina”, explica Edgar Franco, profesor adjunto de la Universidad de Michigan.
Franco, experto en política latinoamericana, señala que esta tendencia proteccionista afectará principalmente a las economías que dependen de las exportaciones de materias primas, lo cual es característico de la mayoría de los países latinoamericanos. No obstante, algunos gobiernos con líderes de inclinaciones autoritarias, como el de Nayib Bukele en El Salvador o Javier Milei en Argentina, podrían beneficiarse de estas políticas, debido a que los aranceles más altos podrían favorecer su producción interna.
Silvia Pedraza, profesora de sociología en la misma universidad, coincide con esta perspectiva. Recuerda que durante su anterior mandato (2017-2021), Trump ya implementó una política aislacionista, y todo indica que este enfoque se repetirá en su segundo mandato, con potenciales repercusiones para la región.
Silvia Pedraza considera que la política exterior del futuro presidente Trump no se centrará en Latinoamérica, ya que, según ella, “ya no supone una ventaja para él”. En su primer mandato, Trump buscaba ganar el apoyo de los inmigrantes latinoamericanos que ya eran ciudadanos estadounidenses, un factor que ya no será tan relevante en su segundo periodo.
Sin embargo, se espera que el foco de la política exterior de Trump se mantenga en países como Venezuela y Cuba, ambos sujetos a duras sanciones impuestas por Estados Unidos, incluso durante la administración de Joe Biden. Según Edgar Franco, existe “una alta probabilidad” de que Trump intensifique estas sanciones, especialmente debido a la presión migratoria proveniente de esos países.
Por otro lado, en el caso de Argentina, la relación cercana de Trump con el presidente Javier Milei podría llevar a Estados Unidos a ofrecer apoyo económico al país, especialmente para hacer frente a su deuda pública. Manuel Orozco, director del programa de migración, remesas y desarrollo de la organización Inter-American Dialogue, apunta que Trump podría presionar al Fondo Monetario Internacional (FMI) para facilitar un préstamo que ayude a Argentina a acelerar su recuperación económica.
Orozco también resalta que Argentina se ha posicionado como un aliado clave en relación con las dictaduras en la región, lo que podría alterar el balance político en el sistema interamericano y cambiar las dinámicas de presión contra varios países de Latinoamérica.