América Latina y el Caribe enfrentan desafíos para superar las trampas del desarrollo, y una parte crucial de la solución radica en la implementación de políticas vinculadas a Estados Unidos.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alertó que, aunque históricamente la región no ha sido una de las principales prioridades en la política exterior de Estados Unidos, varios temas podrían generar tensiones con la administración del presidente electo, Donald Trump. Entre ellos destacan la migración, el comercio, los asuntos medioambientales, la lucha contra las drogas y el crimen organizado, así como las políticas de contención hacia China.
José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, indicó que, debido a las crecientes tensiones geopolíticas globales, como la guerra entre Ucrania y Rusia y los conflictos en el Medio Oriente, es probable que Estados Unidos enfrente un “déficit de atención” hacia América Latina. Sin embargo, subrayó que no se puede hacer una generalización, ya que las relaciones entre Estados Unidos y cada país latinoamericano dependen de las circunstancias particulares de cada nación.
A pesar de ello, destacó varios temas comunes que ya están en la agenda y que podrían convertirse en puntos de fricción, entre ellos, las migraciones, las políticas comerciales y los aranceles, así como la relación con los acuerdos de libre comercio, especialmente el T-MEC con México y Canadá. También mencionó los desafíos ambientales, señalando que las posiciones anunciadas por Trump sobre estos temas podrían generar tensiones, especialmente en relación con la Amazonía y la biodiversidad de la región. Finalmente, Salazar-Xirinachs hizo hincapié en los problemas vinculados al narcotráfico y el crimen organizado como áreas susceptibles de generar discordia.
Además, José Manuel Salazar-Xirinachs agregó que otro tema clave, que aunque transversal está muy presente debido a la geopolítica actual, es la política de contención hacia China que adoptará la administración de Donald Trump, y las posibles fricciones que puedan surgir de esta estrategia.
El secretario ejecutivo de la Cepal recordó que América Latina y el Caribe enfrenta tres grandes trampas de desarrollo: la limitada capacidad de crecimiento, la alta desigualdad y la baja movilidad social, acompañadas de una débil cohesión social; y una capacidad institucional limitada con una gobernanza poco efectiva. En este contexto, señaló que una parte crucial de la solución, especialmente para la primera trampa, radica en la implementación de políticas orientadas hacia una transformación productiva, así como en la necesidad de un fuerte impulso a las políticas ambientales.
“Las repercusiones económicas para la región dependerán de las políticas que el Sr. Trump y su nueva administración implementen, y de cómo estas influirán en las posibilidades de los países para superar las trampas del desarrollo. Estas políticas jugarán un papel clave en la promoción de la transformación productiva, la reducción de la pobreza y la desigualdad, la mejora de la calidad de la gobernanza y las instituciones, así como en el impulso del desarrollo sostenible”, subrayó Salazar-Xirinachs.