Es probable que los esfuerzos de los reguladores antimonopolio de Estados Unidos para dividir Alphabet, forzando la venta de su navegador Google Chrome, enfrenten desafíos legales. La compañía podría argumentar que las medidas propuestas son excesivas y no necesarias para abordar los problemas de competencia, lo que generaría una batalla legal sobre la naturaleza de los remedios antimonopolio.
Después de un fallo en agosto, los fiscales del Departamento de Justicia de Estados Unidos argumentaron ante un juez el miércoles que Google debe vender Chrome, compartir datos y resultados de búsqueda con competidores, y posiblemente vender su software para teléfonos inteligentes Android.
Las acciones de Alphabet cerraron con una baja de casi un 5% el jueves.
Estas propuestas forman parte de un caso histórico destinado a transformar la manera en que los usuarios acceden a la información. Sin embargo, expertos señalan que una nueva administración proempresarial bajo el presidente electo Donald Trump el próximo año podría cambiar el rumbo de este esfuerzo, y los procedimientos legales podrían extenderse durante años.
“Me parecería una pregunta excesiva”, comentó Kevin Walkush de Jensen Investment Management, quien posee acciones de Google y es escéptico sobre una posible desinversión de Chrome. “Pides todo lo posible, no necesariamente con la expectativa de que sea probable y proporcional, y luego ves qué se mantiene”, añadió.
El Departamento de Justicia logró una ruptura de Microsoft a principios de la década de 2000, al acusar a la empresa de monopolizar ilegalmente el mercado de navegadores web. Sin embargo, ese fallo fue revocado por un tribunal de apelaciones, y Microsoft y el Departamento de Justicia finalmente llegaron a un acuerdo.
Walkush anticipa que el caso contra Google tomará años en resolverse, ya que la compañía probablemente apelará. “Las ruedas de la justicia no giran rápidamente”, señaló.
Google calificó el enfoque del Departamento de Justicia como “una extralimitación gubernamental sin precedentes que perjudicaría a los consumidores, desarrolladores y pequeñas empresas estadounidenses”, destacando ejemplos como la reducción de la privacidad del usuario y la menor financiación para empresas como el fabricante de navegadores Mozilla cuando presentan la búsqueda de Google.
El caso también podría enfrentar desafíos de parte de Trump.
Aunque la administración de Trump presentó originalmente el caso de búsqueda contra Google durante su primer mandato, el expresidente indicó en octubre que podría no dividir la compañía, ya que esto podría dañar a la industria tecnológica estadounidense, especialmente en un momento en que la competencia con China en áreas como la inteligencia artificial está intensificándose.
Chrome es el navegador web más utilizado en el mundo
Los representantes de Trump no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
Chrome, el navegador web más utilizado, es un pilar clave para el negocio de Google, ya que le proporciona valiosos datos de usuario que permiten a la empresa orientar mejor sus anuncios. El negocio de anuncios de búsqueda generó más de la mitad de los ingresos totales de Alphabet, que alcanzaron los 88,300 millones de dólares en el último trimestre.
Chrome, que posee alrededor de dos tercios del mercado mundial de navegadores, perdería gran parte de su valor como navegador independiente.
“La razón por la que es valioso para Google es porque lo utiliza para potenciar su negocio de anuncios y búsquedas”, dijo Megan Gray, ex consejera general de su rival DuckDuckGo y ex abogada en la Comisión Federal de Comercio. “Sin ellos, Chrome sería solo un corredor de datos”.
Una venta forzada de Chrome no resolvería varios de los problemas clave planteados en la demanda del Departamento de Justicia, como el monopolio de búsqueda, afirman los críticos. Las autoridades antimonopolio de EE. UU., que también están investigando a Apple y Amazon en otros casos, tendrían que aprobar a cualquier comprador potencial de Chrome.
“El Departamento de Justicia enfrentará grandes obstáculos con este remedio”, afirmó Gus Hurwitz, investigador principal de la Facultad de Derecho Carey de la Universidad de Pensilvania. “Los tribunales esperan que cualquier solución esté vinculada causalmente a la preocupación antimonopolio. La desinversión de Chrome no hace nada para abordar esa preocupación”.
El Departamento de Justicia también propuso una prohibición general que impida a Google ofrecer incentivos para dar un trato preferencial a su motor de búsqueda. Esto incluiría la lucrativa asociación con Apple, en la que Google paga miles de millones de dólares al fabricante de teléfonos inteligentes para que Google Search sea el motor predeterminado en los dispositivos Apple.
Los analistas de Evercore calificaron las restricciones propuestas de “draconianas”.
Dada la popularidad de Google Search, Hurwitz afirmó que es probable que Apple siga utilizando Google como motor de búsqueda predeterminado, incluso sin ningún acuerdo o pago.
Las propuestas del Departamento de Justicia también incluyen demandas para que Google otorgue licencias a los resultados de búsqueda a un costo nominal y comparta los datos de los usuarios que recopila con los competidores de manera gratuita.
Gil Luria, analista de D.A. Davidson, comentó que aún es difícil determinar el impacto de la obligación de Google de abrir sus datos de búsqueda hasta que los términos sean más claros. Por su parte, el Centro para el Periodismo y la Libertad señaló que la concesión de licencias de los datos de búsqueda de Google sería “transformadora” para los editores de noticias, ya que les permitiría comprender mejor a sus audiencias.