Trump prometió aplicar aranceles adicionales del 10% a las importaciones provenientes de China y del 25% a los productos de México y Canadá.
La promesa del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, de imponer aranceles a China y México, a menos que frenen el flujo de fentanilo y migrantes hacia la frontera estadounidense, podría desencadenar una mayor cooperación de esos gobiernos en la lucha contra las drogas, según los expertos.
Sin embargo, esta amenaza también implica riesgos, especialmente en relación con la cooperación entre Estados Unidos y China en la lucha contra el fentanilo, una colaboración que ha mejorado este año tras las negociaciones bilaterales entre el presidente estadounidense, Joe Biden, y el mandatario chino, Xi Jinping.
En publicaciones en redes sociales el lunes, Trump prometió imponer aranceles adicionales del 10% a las importaciones chinas y del 25% a los productos de México y Canadá —los tres mayores socios comerciales de Estados Unidos— si no toman medidas más efectivas para frenar la entrada de drogas y migrantes al país.
De acuerdo con cifras del gobierno, casi 75,000 estadounidenses murieron por sobredosis de drogas sintéticas en 2023, la mayoría debido al fentanilo. Este opioide, que es aproximadamente 50 veces más potente que la heroína, se ha convertido en la principal causa de muerte entre los estadounidenses de entre 18 y 45 años.
Trump busca implementar un enfoque más contundente que el de Biden para enfrentar la crisis del fentanilo, pero aún no está claro si este cambio de estrategia tendrá resultados efectivos. Mientras el Gobierno de Biden ha trabajado durante el último año con Pekín para abordar la crisis con algunos avances modestos, Trump promete una acción más audaz, especialmente con sus planes de imponer aranceles a China y México si no toman medidas más efectivas para frenar el flujo de fentanilo y migrantes hacia Estados Unidos.
Algunos expertos apoyaron el enfoque de Trump. Paul Martin, fundador de United Against Fentanyl, una organización bipartidista, destacó la necesidad de “acción audaz” ante una crisis que considera de salud pública y seguridad nacional. Sin embargo, también subrayó que, aunque es incierto si las medidas funcionarán, es necesario actuar.
La mayoría de los precursores químicos para fabricar fentanilo provienen de China, y los blanqueadores de dinero chinos son actores clave en el tráfico global de drogas, según autoridades estadounidenses. La investigación ha revelado que muchos de estos productos químicos llegan a Estados Unidos disfrazados como mercancías de bajo costo, y luego son enviados a México, donde los cárteles los transforman en fentanilo para introducirlos clandestinamente en EE. UU., principalmente a través de ciudadanos estadounidenses en los puertos de entrada.
Aunque las muertes por opioides sintéticos disminuyeron casi un 19% en el último año, el Gobierno de Biden ha sido elogiado por la incautación de cientos de millones de dosis de fentanilo en la frontera y por promover la disponibilidad de medicamentos contra sobredosis. Además, ha renovado la colaboración con China para frenar la producción de precursores químicos.
Sin embargo, algunos críticos, como Ray Donovan, exjefe de operaciones de la Administración de Control de Drogas, consideran que las acciones de China para detener el flujo de sustancias químicas han sido insuficientes. Además, señaló que la cooperación de México disminuyó durante el mandato de López Obrador, lo que resultó en menos incautaciones de drogas y menos colaboración con las fuerzas de seguridad estadounidenses.
Vanda Felbab-Brown, experta en política de drogas de la Brookings Institution, advirtió que los aranceles podrían ser contraproducentes, ya que podrían empujar a China a retirarse de la cooperación en caso de que estalle una guerra comercial. No obstante, reconoció que la mera amenaza de aranceles podría funcionar como una táctica de negociación, presionando a China a tomar medidas más estrictas, como regular los precursores y perseguir más intensamente las redes de blanqueo de dinero, a cambio de evitar nuevos impuestos.
Ambos países, China y México, reaccionaron negativamente a la amenaza de Trump. China advirtió que “nadie ganará una guerra comercial” y la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum sugirió impuestos de represalia.
Por otro lado, algunos expertos, como la médica y especialista en adicciones Margaret Williams, señalaron que reducir el suministro de fentanilo no es suficiente por sí solo para combatir la crisis. Williams destacó la necesidad de políticas no arancelarias, como aumentar el acceso a tratamientos efectivos para la adicción a los opioides, como la metadona y la buprenorfina, y abordar las causas profundas de la adicción, como las enfermedades psiquiátricas no tratadas y los factores socioeconómicos.
“Es una epidemia real”, afirmó Williams, sugiriendo que se requiere un enfoque multidimensional para ayudar a las personas a acceder al tratamiento adecuado.
