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Razones por las que Donald Trump podría ser beneficioso para la legalización de la marihuana

Los especialistas en la industria del cannabis esperan que la próxima administración respalde la legalización, aunque también se mantienen preparados para enfrentar posibles obstáculos.

El sector del cannabis tiene grandes expectativas respecto a la posible segunda presidencia de Trump. Aunque 38 estados han legalizado algún tipo de venta de marihuana, generando un mercado que se calcula en 30 mil millones de dólares anuales, el cannabis sigue siendo ilegal a nivel federal. Esto implica que las empresas relacionadas con la planta deben enfrentar un régimen fiscal severo, diseñado para los traficantes de drogas, lo que afecta su rentabilidad. A pesar de la presencia generalizada de dispensarios y el consumo de productos con THC por parte de los estadounidenses, las ventas de cannabis sin licencia siguen siendo comunes, y los productos de cáñamo intoxicantes legales se venden por todas partes. Aunque la administración de Biden impulsó un esfuerzo histórico para reclasificar la marihuana bajo la Ley de Sustancias Controladas, este proceso ha encontrado varios obstáculos políticos y burocráticos.

Un repaso al primer mandato de Trump en la Casa Blanca no lo presenta precisamente como un aliado de la industria del cannabis. En su primer mes como presidente, en 2017, la administración Trump puso en alerta a la industria de la marihuana recreativa al amenazar con una “mayor aplicación” de las leyes federales. El entonces fiscal general, Jeff Sessions, anuló las políticas de la era Obama que permitieron el crecimiento de la industria, lo que generó temor y desconfianza en todo el sector. Sin embargo, Trump, al igual que Biden, quien no consume alcohol, finalmente optó por no interferir con el comercio de marihuana legal a nivel estatal.

No obstante, desde que dejó la presidencia, su postura ha cambiado. Durante la campaña electoral, Trump expresó su apoyo a la reclasificación de la marihuana, a la reforma bancaria y reiteró su creencia en un enfoque basado en los derechos de los estados para la legalización. Como residente de Palm Beach, también mostró su respaldo a la Enmienda 3 de Florida, que buscaba legalizar el cannabis recreativo en el estado, aunque no alcanzó el umbral del 60% necesario para ser aprobada.

Este cambio de posición es precisamente lo que lleva a Boris Jordan, el multimillonario CEO y presidente de Curaleaf, una empresa de cannabis con sede en Connecticut y 152 dispensarios en 19 estados, a ver con optimismo la posibilidad de una segunda presidencia de Trump.

“Soy cautelosamente optimista”, comenta Jordan a Forbes. “Lo único que sé sobre Trump es que, si se compromete a hacer algo, al menos lo intenta. No siempre lo logra, pero al menos hace el esfuerzo”.

Jordan señala que, dado que Trump se “comprometió” con la reforma del cannabis durante su campaña de este año y ha “demostrado consistencia” en sus opiniones, un segundo mandato de Trump podría ser favorable para la industria.

Jordan también es uno de los pocos estadounidenses que se siente “decepcionado” por la retirada de la nominación de Matt Gaetz, exrepresentante a favor del cannabis, quien fue perseguido por acusaciones de mala conducta sexual, para el puesto de Fiscal General de EE.UU. “Es una gran pérdida para nosotros”, comenta Jordan. “Creo que habríamos logrado incluso más de lo que queríamos y más rápido si él hubiera sido nombrado Fiscal General”.

La semana pasada, Trump nominó a Pam Bondi, ex fiscal general de Florida, para liderar el Departamento de Justicia. Durante su mandato como fiscal general, Bondi se opuso a la legalización de la marihuana medicinal. Actualmente, Florida es el mayor mercado de cannabis medicinal del país, con más de 2.000 millones de dólares en ventas anuales.

Mientras que Robert F. Kennedy Jr., quien apoya la legalización, ha sido nominado para el cargo de secretario del Departamento de Salud y Servicios Humanos, Trump también nominó a Marty Makary, cirujano y autor, para dirigir la FDA. Makary ha advertido que la marihuana es una droga de iniciación y no es tan segura como se cree.

A pesar de esto, Jordan confía en que “mientras la persona haga lo que Trump le indique, creo que estaremos en buena forma”.

El reconocido litigante David Boies, quien se prepara para presentar su caso en busca de la legalización federal de la marihuana con licencia estatal a principios de diciembre, comparte el optimismo de Jordan sobre que un segundo mandato de Trump sería favorable para la industria.

“Es mucho más probable que veamos un cambio positivo”, afirma Boies. “La opción predeterminada de Trump es dejar que los estados se encarguen de todo. Su inclinación es permitir que la gente haga lo que quiera”.

Sin embargo, Tate Bennett, codirector ejecutivo de la organización sin fines de lucro Coalition for Cannabis Policy, Education, and Regulation (CPEAR) en Washington, DC, advierte que no se debe esperar que la reforma del cannabis sea una prioridad inmediata. Según Bennett, los primeros 100 días del mandato de Trump estarán enfocados en controlar la inflación, y en reformar la inmigración y el código tributario. A pesar de esto, CPEAR cree que algo positivo para la industria podría ocurrir antes de que finalicen los cuatro años del mandato de Trump.

“No me sorprendería que Trump fuera beneficioso para la industria del cannabis”, comenta Bennett. “Ha dejado claro que es necesario un cambio en las políticas relacionadas con el cannabis”.

Bennett también adopta una postura abierta respecto a Pam Bondi. “Ella no es Jeff Sessions”, comenta Bennett, quien trabajó en la Agencia de Protección Ambiental durante la primera administración Trump y fue asistente especial del presidente para temas de agricultura. Bennett espera que “aprendamos mucho sobre su perspectiva actual sobre el tema a través de su proceso de confirmación en el Senado”.

Por su parte, el representante estadounidense David Joyce, un republicano de Ohio que presentó un proyecto de ley de legalización en 2023, respalda las promesas de campaña de Trump sobre la marihuana. “Estoy de acuerdo con el presidente Trump en que el marco federal actual para el cannabis tiene fallas”, le dice Joyce a Forbes. “Confío plenamente en que el presidente tomará un camino hacia una reforma responsable, enfocada en la seguridad pública”.

Aunque cada vez más republicanos parecen aceptar la legalización del cannabis como una cuestión relacionada con los derechos estatales, la industria del cannabis ha aprendido a lidiar con las decepciones. “Voy a gestionar el negocio partiendo de la base de que, si no lo conseguimos, tendremos que seguir adelante”, afirma Jordan. “No apuesto todo a que suceda, porque nos han defraudado tantas veces en los últimos 10 años”.

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