Estrategias de gestión financiera, mitigación de riesgos y identificación de oportunidades para prepararse ante la posible imposición de aranceles a México.
La estrategia arancelaria de Donald Trump sigue un patrón característico en su estilo de negociación: presionar a la contraparte generando incertidumbre con el fin de obtener ventaja. Recientemente lo hizo con Colombia, y durante su administración anterior, su enfoque siempre fue acelerar decisiones y conseguir concesiones. No obstante, la efectividad real y el impacto de esta estrategia aún son inciertos.
Aunque es difícil predecir si Trump finalmente impondrá aranceles a México, Canadá, China o la UE, y en qué medida, es probable que si se implementan, no alcancen los niveles inicialmente anunciados. Lo que es seguro es que las partes involucradas ejercerán presión y buscarán obtener beneficios en la negociación. En este contexto, las empresas en México deben prepararse de manera estratégica para mitigar posibles impactos y aprovechar las oportunidades que surjan.
Los aranceles forman parte de una política influenciada por el movimiento MAGA (Make America Great Again), que pone énfasis en el nacionalismo económico y contribuye a la desglobalización. Esto se traduce en un encarecimiento del comercio y afecta las cadenas productivas globales. Si Trump impone aranceles, podría generar una serie de efectos negativos en la economía mundial: aumentarán los precios de bienes intermedios y productos finales, los costos de producción se incrementarán, lo que reducirá los márgenes de rentabilidad; también se disminuirá el poder adquisitivo de los consumidores, habrá presión inflacionaria a nivel global, se elevarán las tasas de interés y, en última instancia, se frenará la actividad económica mundial.
México es especialmente vulnerable a este escenario, dado que el 85% de sus exportaciones tienen como destino Estados Unidos, lo que representa aproximadamente el 30% del PIB del país. Las empresas exportadoras serían las más afectadas, pero el impacto se reflejaría en toda la economía nacional. A nivel sectorial, los aranceles tendrían un efecto directo en industrias clave para la economía mexicana, como la automotriz (vehículos, autopartes, transporte de mercancías), la agrolimentaria (aguacates, berries, tomates, limones, cerveza, tequila, carnes y jugos, entre otros), la electrónica (televisores, computadoras, dispositivos móviles), los instrumentos y aparatos médicos, la manufactura de metales básicos, cables eléctricos y maquinaria industrial.
Sin embargo, las repercusiones no se limitarían a estos sectores; también afectarían a empresas que de manera indirecta contribuyen a estas industrias. Entre ellas se encuentran las pymes y proveedoras de insumos, así como restaurantes, hoteles y comercios locales, la industria de la construcción y bienes raíces, farmacias y tiendas de conveniencia, y la industria del entretenimiento. Todas estas empresas verían una disminución en sus actividades debido al encarecimiento o reducción del comercio.
¿Qué estrategias pueden seguir las empresas?
Las empresas deben prepararse ante la posibilidad de aranceles con estrategias claras que aborden tres frentes clave: gestión financiera, mitigación de riesgos y búsqueda de oportunidades.
1) Gestión de finanzas en el corto plazo
- Optimización de costos: Reducir gastos no esenciales y mejorar la eficiencia operativa para maximizar márgenes.
- Diversificación de proveedores: Explorar proveedores fuera de EE. UU. para minimizar la dependencia de un solo mercado.
- Cobertura cambiaria: Protegerse contra la volatilidad del tipo de cambio mediante instrumentos financieros.
- Gestión de flujo de efectivo: Asegurar liquidez priorizando pagos, renegociando términos con clientes y proveedores.
- Inversiones estratégicas: Dirigir recursos hacia áreas críticas de la empresa y aplazar proyectos no esenciales para optimizar el gasto.
2) Mitigación de riesgos
- Análisis del impacto arancelario: Evaluar cómo los aranceles podrían afectar los costos y diseñar estrategias para absorber o trasladar dichos incrementos a los clientes.
- Revisión de contratos comerciales: Incluir cláusulas de ajuste para adaptarse a cambios en los costos de importación/exportación.
- Diversificación de mercados: Reducir la dependencia del mercado estadounidense y explorar nuevos destinos de exportación en América Latina, Europa o Asia.
- Monitoreo del entorno regulatorio: Mantener un seguimiento constante de los cambios en la legislación y condiciones comerciales, adaptando las estrategias conforme evoluciona la situación.
- Colaboración sectorial: Unirse a cámaras empresariales y asociaciones para influir en las negociaciones y obtener apoyo gubernamental.
3) Identificación de oportunidades
- Nearshoring: Aprovechar la tendencia de relocalización de empresas (nearshoring) para consolidar a México como proveedor clave, especialmente en industrias como manufactura y tecnología.
- Inversión en tecnología y productividad: Aumentar la competitividad a través de la adopción de tecnologías innovadoras que mejoren la eficiencia y reduzcan costos.
- Refuerzo de relaciones comerciales: Ofrecer valor agregado a los clientes estadounidenses para minimizar el impacto de los aranceles y fortalecer la lealtad.
- Aprovechamiento del TMEC: Maximizar los beneficios del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (TMEC) para asegurar el acceso preferencial a mercados clave.
- Promoción de la marca mexicana: Fortalecer el consumo nacional e internacional de productos mexicanos mediante campañas que destaquen la calidad y origen de los productos.
El papel del gobierno federal
El gobierno debe desempeñar un rol crucial en la defensa del sector empresarial y la economía nacional a través de diversas políticas, tales como:
- Estímulos fiscales y subsidios temporales: Ofrecer apoyo económico a las empresas más afectadas por los aranceles.
- Diplomacia comercial: Negociar con EE. UU. para reducir las barreras arancelarias y evitar medidas comerciales adversas.
- Diversificación de mercados: Facilitar la entrada de empresas mexicanas en nuevos mercados internacionales para reducir la dependencia de EE. UU.
- Inversión en infraestructura: Mejorar la infraestructura logística y de transporte para fortalecer la competitividad de las exportaciones mexicanas a nivel global.
Frente a la incertidumbre arancelaria, las empresas mexicanas deben actuar con agilidad, implementar estrategias de mitigación y adaptación, y buscar nuevas oportunidades de crecimiento. La clave será la anticipación y la capacidad de respuesta rápida para seguir siendo competitivas en un entorno cada vez más incierto y volátil.