El servicio de Internet satelital Starlink no posee la infraestructura necesaria para convertirse en la base principal de las comunicaciones de la FAA. Sin embargo, los funcionarios de la administración Trump podrían aprobar un contrato de 2.400 millones de dólares con Verizon y otorgárselo finalmente a la empresa de Musk.
En todo Estados Unidos, una red de cables de cobre antiguos enlaza las torres de control de los aeropuertos con los radares y estaciones meteorológicas, permitiendo que los controladores de tráfico aéreo se comuniquen y obtengan los datos necesarios para garantizar que los aviones lleguen con seguridad a su destino.
Sin embargo, este sistema, que ya tiene varias décadas, comienza a fallar. Debido a fallos en las telecomunicaciones, algunos aeropuertos se han visto obligados a dejar aviones en tierra. Después de una serie de incidentes casi fatales y una trágica colisión en pleno vuelo en Washington, DC, que cobró la vida de 67 personas, la administración Trump enfrenta la creciente presión de abordar las preocupaciones del público sobre la seguridad aérea.
El nuevo secretario de Transporte, Sean Duffy, aseguró al público que la ayuda estaba en camino una semana después de la tragedia. Elon Musk y SpaceX estaban interviniendo.
Se rumorea que la empresa de Musk podría ser seleccionada para una actualización urgente del sistema de telecomunicaciones de la FAA, a pesar de no haber tenido relación con el accidente en Washington. Además, aunque Verizon ya tiene un contrato de 2.400 millones de dólares por 15 años para reemplazar toda la infraestructura de cables de cobre con fibra óptica de alta velocidad, un ingeniero de SpaceX asignado a la FAA informó al personal de la agencia que Musk había ordenado el despliegue de miles de terminales de Internet satelital Starlink, según Bloomberg.
Esto genera claros y serios conflictos de interés, ya que el Departamento de Eficiencia Gubernamental de Musk está interfiriendo en la agencia que regula principalmente a SpaceX. Lo más preocupante, sin embargo, es que no tiene sentido. Si bien Starlink podría ser adecuado para conectar instalaciones remotas de la FAA, actualmente carece del ancho de banda y la fiabilidad necesarios para servir como la columna vertebral de la red de comunicaciones nacional de la agencia. Además, SpaceX no tiene experiencia aparente como contratista principal en una solución que implique una combinación de tecnologías de comunicación.
“Starlink tiene sentido como capa de respaldo o proveedor de conectividad alternativa”, comentó Kim Burke, analista de asuntos gubernamentales en la consultora Quilty Space, en una entrevista con Forbes. “Pero que SpaceX lidere una revisión completa de las redes terrestres de la FAA? Eso está fuera de lugar”.
Una de las mayores preocupaciones es que la FAA tendría que realizar pruebas extensas sobre el tiempo que tardan las señales de Starlink en viajar, lo que se conoce como latencia, explicó Hassan Shahidi, director ejecutivo de la Flight Safety Foundation. “No queremos que haya interrupciones o retrasos en una red que maneje sistemas críticos de seguridad. Hablamos de información en tiempo real que necesita el control del tráfico aéreo”.
La FAA y SpaceX no respondieron a una solicitud de comentarios. Sin embargo, tras la publicación de este artículo, SpaceX publicó en la plataforma de redes sociales X, propiedad de Musk, que la compañía no buscaba asumir el contrato de Verizon, pero que estaba trabajando con la FAA y L3Harris para explorar “dónde Starlink podría servir como una mejora a largo plazo en la infraestructura para la seguridad de la aviación”.
Verizon prefirió no comentar sobre si su contrato podría estar en riesgo. El portavoz Richard Young respondió por correo electrónico: “Proteger a los estadounidenses que dependen de un sistema de control del tráfico aéreo seguro y funcional es más importante que nunca, y nuestras mejoras contribuirán a garantizarlo”.
La FAA lleva décadas intentando mejorar sus sistemas de control del tráfico aéreo y sus comunicaciones, y aún tiene dificultades para mantener los que ya tiene en funcionamiento. Según un informe de la GAO del año pasado, la agencia no cuenta con los recursos adecuados para mantener el 37% de sus 138 sistemas de control del tráfico aéreo. El contrato con Verizon, que también cubre la gestión y seguridad de los datos, así como el mantenimiento de una nueva red de telecomunicaciones, es uno de los pilares de un programa multimillonario de la FAA conocido como NextGen. Este proyecto tiene como objetivo transformar la gestión del tráfico aéreo, pasando de tecnologías terrestres como el radar a un sistema basado en navegación por satélite y comunicaciones digitales.
Sin embargo, los planes para construir esta red de telecomunicaciones aún no se han finalizado. La dirección de la FAA expresó su preocupación por la falta de rapidez de Verizon en el avance del proyecto, según comentó Katie Thomson, quien renunció como administradora adjunta de la agencia en enero.
Aunque la FAA había planeado presionar a los líderes de Verizon para determinar si el proyecto contaba con “el alcance y los recursos adecuados”, las preocupaciones no justificaban una acción tan radical como reemplazar a Verizon por completo, según explicó Thomson. Asignar el contrato a SpaceX sin abrirlo a una nueva licitación competitiva violaría las reglas de la FAA y podría darle a Verizon una base sólida para demandar y retrasar el proyecto. “Esta confusión crea riesgos significativos al momento de entregar la solución”, señaló. Según el Washington Post, los altos funcionarios de la FAA se han mostrado reacios a aprobar la transferencia del contrato de telecomunicaciones de Verizon a SpaceX.
No hay evidencia pública de que SpaceX haya presentado una oferta para el contrato original, que comenzó a gestarse en 2018 y fue adjudicado en 2023. La FAA no careció de competidores: Verizon superó a empresas como L3Harris, que gestiona el actual sistema de comunicaciones de la FAA, así como a Raytheon, General Dynamics y Leidos.
Musk no ha hecho campaña abiertamente para asumir el proyecto, pero la semana pasada afirmó en X que Starlink podría al menos ofrecer una solución provisional “para restablecer la conectividad del control del tráfico aéreo”, añadiendo que estaba enviando terminales a la FAA de manera gratuita. Musk también acusó erróneamente al sistema de Verizon, que aún no está en funcionamiento, de estar al borde del colapso, un error que luego reconoció.
Starlink podría ser una alternativa viable para las comunicaciones en sitios remotos de la FAA, especialmente aquellos que serían costosos de conectar a través de fibra óptica. La FAA mencionó el mes pasado que está evaluando el uso de satélites Starlink para enviar información meteorológica a lugares como Alaska, donde las interrupciones en las comunicaciones de las estaciones de observación meteorológica han causado problemas durante años. Sin embargo, SpaceX tendría dificultades para cumplir con los estrictos requisitos de rendimiento establecidos por la FAA cuando invitó a presentar ofertas, ya que transmitir comunicaciones hacia y desde naves espaciales en movimiento no es tan confiable como utilizar cables de fibra óptica en el suelo.
En los documentos de licitación, la FAA especificó que los servicios críticos, como los datos de radar y las comunicaciones de voz entre controladores y pilotos, deberían tener una latencia de no más de 50 milisegundos. La latencia de Starlink puede superar ese umbral, variando entre 25 y 60 milisegundos, según el sitio web de SpaceX. Además, la latencia de Starlink presenta una alta variabilidad. Según una investigación realizada el año pasado por Geoff Huston, científico jefe del Centro de Información de la Red de Asia Pacífico, con la constelación de satélites de Starlink constantemente en movimiento, la latencia puede aumentar de 30 a 50 milisegundos cada vez que la conexión con el cliente en tierra salta de un satélite a otro, lo que sucede cada 15 segundos.
Para reducir estos problemas de latencia, SpaceX ha solicitado a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) permiso para operar satélites a menor altitud y utilizar un espectro de radiofrecuencia más amplio. Sin embargo, sus competidores han instado a la FCC a rechazar estas solicitudes, argumentando que interferirían con las transmisiones de sus propios satélites.
