Tijuana, un punto crucial para el comercio entre México y Estados Unidos, se enfrenta a una amenaza significativa de desempleo y desplazamiento de empresas debido a los nuevos aranceles impuestos por Trump.
Este miércoles, empresarios de Tijuana señalaron la “vulnerabilidad” particular de esta región fronteriza ante la implementación de los aranceles del 25% impuestos por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Advirtieron que estas medidas podrían desencadenar un colapso en las inversiones y la salida de empresas.
Así lo expresó Alejandro Jaramillo Osuna, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), al señalar que la medida representa un golpe severo para los dos principales socios comerciales de Estados Unidos, lo cual podría provocar un caos en la industria y una pérdida masiva de empleos.
“En este momento no es adecuado recibir nuevas órdenes de trabajo, y esto no fomenta la inversión, ya que atenta contra la certidumbre. Además, a mediano y largo plazo, veremos la destrucción de empleos y la salida de empresas del país”, comentó Jaramillo, un día después del anuncio de Trump.
Tijuana, la ciudad más grande de la frontera entre México y Estados Unidos, mantiene un flujo constante de mercancías y trabajadores hacia y desde el sur de California, especialmente hacia San Diego.
Casi la mitad del empleo en la industria de Tijuana, una ciudad de dos millones de habitantes, está directamente relacionado con el comercio exterior, y más del 85% de las empresas que exportan productos hacia Estados Unidos tienen origen estadounidense, según datos oficiales. Por lo tanto, el impacto de la guerra comercial es inevitable.
“No hay manera de minimizarlo. Somos especialmente vulnerables porque somos frontera y una región industrial en la que este sector tiene un gran peso, además de estar muy orientada a la exportación”, destacó Jaramillo.
El presidente de Canacintra señaló que el objetivo del sector empresarial es “evitar una contracción en las plantillas laborales, queremos incentivar a las empresas a que tengan la mayor paciencia posible, para no realizar recortes ahora y esperar un par de meses para ver si esto se disipa, como todos esperamos”.
Jaramillo también recordó que el actual tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) fue negociado por Trump, por lo que parte del problema radica en que estos aranceles van en contra de ese mismo tratado, que el presidente estadounidense acordó en 2019.
“Con esto ocurren dos cosas: por un lado, se enrarece el ambiente, porque es difícil negociar con alguien que acaba de romper el acuerdo previo, y por otro lado, si aceleran esto es porque se tiene que encontrar una forma de corregirlo”, concluyó.
Afectaciones principales en la industria automotriz y de autopartes
Por último, Jaramillo Osuna resaltó que la industria automotriz es clave tanto para México como a nivel binacional, ya que el país es uno de los principales exportadores de autos hacia Estados Unidos.
“Este sector involucra cadenas de suministro muy complejas, con múltiples operaciones de ambos lados de la frontera, y si los aranceles se mantienen, habría pérdidas significativas de empleos”, explicó.
Sin embargo, señaló que, aunque en Baja California, estado donde se encuentra Tijuana, la industria automotriz no tiene la misma relevancia que en otras partes de México, sigue siendo importante debido a su vinculación con la producción de autopartes.
“No solo es el equipo completo que se va, sino también los componentes fabricados aquí, y a eso se suma la construcción y la industria de electrodomésticos”, subrayó.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum ha señalado que se reunirá con Trump este jueves para intentar poner fin a los aranceles impuestos por Estados Unidos. Sin embargo, ha indicado que tiene previsto anunciar un paquete de “medidas arancelarias y no arancelarias” en caso de que los aranceles persistan, el cual revelará el domingo.