Los abogados de un escritor y animador de Nuevo México argumentarán en la fase final de su juicio federal en Los Ángeles que su trabajo fue plagiado para crear Moana, el éxito de Disney de 2016.
Los abogados de un escritor y animador de Nuevo México argumentarán en la fase final de su juicio federal en Los Ángeles que su trabajo fue plagiado para crear Moana, el éxito de Disney de 2016 sobre una princesa polinesia aventurera. La secuela de la película se convirtió en uno de los mayores éxitos del año pasado.
Buck Woodall escribió un guion titulado Bucky the Surfer Boy (entre otros nombres), que narra la historia de un adolescente que, durante unas vacaciones en Hawái con sus padres, se hace amigo de un grupo de jóvenes nativos hawaianos. Juntos, emprenden una misión que lo lleva a viajar en el tiempo a las islas antiguas, interactuar con semidioses y tratar de salvar un lugar sagrado.
Según Woodall, en 2004 entregó su guion a un pariente lejano que trabajaba en una empresa ubicada en los estudios de Disney. Doce años después, al ver Moana, se sorprendió al notar las similitudes entre su historia y la película.
Entre las coincidencias señaladas en la demanda, Woodall menciona que ambas historias:
- Siguen a un adolescente que desafía las advertencias de sus padres y emprende un peligroso viaje a través de las aguas polinesias para salvar una isla en peligro.
- Presentan a un semidiós con un gancho gigante y tatuajes.
- Exploran la cultura polinesia antigua durante un viaje por mar, con un énfasis en la creencia de los ancestros espirituales manifestados en animales que guían y protegen a los vivos.
La defensa, por su parte, sostiene que nadie en Disney tuvo acceso al guion de Woodall y que Moana se desarrolló mediante una investigación cultural y colaboración interna, como es habitual en las producciones del estudio.
Un juez determinó que la demanda de 2020 se presentó demasiado tarde para reclamar parte de los casi 700 millones de dólares que recaudó Moana en taquilla. Sin embargo, el caso aún considera las ventas de DVD y Blu-ray, que generaron 31.4 millones de dólares brutos y 10.4 millones en ganancias netas. El único demandado restante es Buena Vista Home Entertainment, una subsidiaria de Disney.
La película fue codirigida por John Musker y Ron Clements, figuras clave del renacimiento de la animación de Disney en los años 90. Junto con otros colaboradores, trabajaron en clásicos como The Little Mermaid (1989), Aladdin (1992), Hercules (1997) y The Princess and the Frog (2009).
Durante el juicio, Musker negó cualquier acto de plagio y se mostró ofendido por la acusación. El jurado, compuesto por seis mujeres y dos hombres, vio Moana en su totalidad y también revisó escenas de The Little Mermaid y otras películas de Musker y Clements.
La defensa argumentó que la relación entre Moana y su padre, el jefe de la aldea, es similar a la de Ariel y el Rey Tritón en The Little Mermaid. Además, un experto señaló que la dinámica entre Moana y el semidiós Maui, interpretado por Dwayne “La Roca” Johnson, recuerda a la de Aladdin y el Genio, interpretado por Robin Williams.
Según este testigo, Jeffrey Rovin, muchos de los elementos de Moana han estado presentes en películas de Disney durante casi un siglo.
Para que la demanda prospere, los abogados de Woodall deben demostrar que las dos obras tienen similitudes sustanciales y que Disney tuvo acceso a su guion. El juez evaluará los elementos específicos de cada historia mediante la “prueba extrínseca”, mientras que el jurado decidirá con la “prueba intrínseca”, que se basa en la impresión general que dejan ambas obras.
En enero, Woodall presentó una segunda demanda relacionada con Moana 2, que ha sido un éxito aún mayor, con más de 1,000 millones de dólares recaudados a nivel global. Sin embargo, el juez rechazó combinar ambas demandas, por lo que la nueva, en la que Woodall busca hasta 10,000 millones de dólares, se tratará por separado.