Capital

Día del Bombero; oficio invaluable

El 22 de agosto se conmemora el Día del Bombero en México, una fecha para reconocer la importante labor que realizan las personas dedicadas a este oficio y su compromiso con la ciudadanía en momentos de crisis, incendios y otros tipos de siniestros.

El Día del Bombero era inicialmente el 1º de julio, pero se cambió en 1956 al 22 de agosto por ser la fecha en que se fundó el primer Cuerpo de Bomberos de la República Mexicana, en el puerto de Veracruz en 1873.

Los bomberos son un elemento importante y parte esencial del mundo, por lo que se vuelven cruciales para la preservación de la vida de la población.

Son hombres y mujeres valientes que arriesgan sus vidas, y responden a las necesidades de los ciudadanos mediante un eficaz, eficiente, profesional y humanitario servicio.

Cumplen su compromiso a través de la prevención, combate y extinción de incendios, y tan incomparable otorgaen servicios de emergencias médicas prehospitalarias, rescate, educación a la ciudadanía para la autoprotección, atención de desastres.

Historia

Hace 27 años, un recorte de personal dentro de la Dirección Municipal de Deportes, lo obligó a cambiar su base dentro del Ayuntamiento de Ciudad Victoria; de patear balones y hacer ejercicios, se colocó el pesado traje, tomo una manguera, subió al camión y comenzó la historia.

Desde los 18 años José Luis Guerrero Vargas pertenece al Heroico Cuerpo de Bomberos de Ciudad Victoria. Hoy, con casi tres decadas de labor, es la persona con mayor antigüedad de su base.

En entrevista, José Luis, platicó su historia y todo lo relacionado a este indispensable y riesgoso oficio, que pone en riesgo la vida de quien lo ejerce.

Un oficio que no conoce días de asueto, y para el que tienes que mantenerte alerta 24 horas al día y 7 días a la semana.

Cuando ingresó al Departamento de Bomberos, lo hizo prácticamente “en ceros’, no tenía la remota idea de lo que se tenía que hacer, sin embargo con el paso de los días y diversas capacitaciones, hoy se coloca en la primera línea de rescate.

“Más que nada entras en ceros, no sabia yo nada del bomberismo, aquí con el tiempo, con los incendios de casa, carros, zacatales, fuimos agarrando experiencia”.

“De hecho bromeando con mis compañeros no es lo mismo estar como Coordinador en el área de deportes, no es lo mismo estar atrás de un escritorio, que de un camión de Bomberos”.

Explicó que cada que suena la sirena de alerta, en menos de un minuto se colocan la indumentaria, suben al camión y comienza la odisea de rescate.

Y aunque el principio llega a sentir miedo por lo inesperado, hoy, la adrenalina de combatir un incendio o apoyar en diversos siniestros, ahuyenta cualquier tipo de pánico que podrías sentir.

“Al principio si sientes miedo porque no sabes a que te vas a enfrentar, no sabes la magnitud a la que te vas a enfrentar, pero con el tiempo la adrenalina te gana, dejas de sentir miedo y vas adquiriendo a experiencia. Todos los incendios son diferentes, no todos son iguales”.

En 27 años de labor, este héroe sin capa, guarda infinidad de historias, anécdotas, experiencia, pero hay dos que lo marcaron de manera importante: El incendio de una importarte plaza comercial que se logró contener ocho horas después.

Y el siniestro de una maquiladlora, en donde el fuego no solo consumió el inmueble, sino que acabo con la vida de dos personas, que pese al esfuerzo fue imposible rescatar.

“Lamentablemente si te sientes mal porque hay pedidas humanas, cuando son materiales se recupera, pero pedidas humanas, si es muy difícil enfrentar”.

Padre de dos hijos, que al momento no muestran interés por seguir sus pasos, José Luis, nunca tuvo la intención de convertirse en Bombero, sin embargo la vida lo colocó en este espacio, en donde cada siniestro deja su trabajo, su alma y su pasión.

Admitió que si volviera a nacer, trataría de concluir estudios profesionales, para contar con una mejor fuente de empleo, pero sobretodo menos riesgosa.

“Lo que hacemos nosotros es tratar de que no haya pedidas materiales pero sobre todo humanas. Tratar de que se pierda la mínimo, que el afectado no pierda mucho”.

Ayudar al gente, es la mayor recompensa, dijo al enviar una fraternal felicitación a todos sus colegas y amigos, hoy en su día.

“No me gustaría que mis hijos fueran bomberos porque es muy riesgoso, a veces hay cuestiones de peligro, no me gustaría que estudiaran una carrera y fueran alguien en la vida”.

José Luis, tiene la clara idea de que una mala jugada del fuego, puede acabar con su vida, por eso, cada que sale de casa, le pide a su familia que lo despidan con un beso, “porque no sé si será la última vez que me verán”.

A todos esos héroes anónimos, llamados bomberos: les deseamos ¡Muchas Felicidades!

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