El reloj marcaba las 14:18 horas cuando la misa de un bautismo colectivo se convirtió en una verdadera tragedia al colapsar el techo de la Iglesia Santa Cruz ubicada en la colonia Unidad Nacional de Ciudad Madero, quitándole la vida 10 personas.
El padre Ángel Vargas era el encargado de oficiar la misa en ese momento, percatándose del derrumbe, e incluso relató que atrás de él venía una persona que logró salvarse.
“Cada domingo tenemos bautismos y vinieron las personas, había mucha gente acompañando a los papás, a los bebés, los padrinos. Yo soy un fiel creyente que todos morimos en el momento que Dios quiere”, declaró.
Los gritos y la desesperación invadieron a los vecinos de la colonia Unidad Nacional, quienes llegaron en masa al cruce de las calles Chihuahua y Nuevo León.
De manera inmediata sacaron a los que pudieron y comenzaron a retirar piedras, con desorden, gritaban por ayuda, también por sábanas, equipo médico, palas y hasta carretillas, pero lo que más urgía era mover una gran estructura de concreto que aplastó las bancas y a las personas que estaban en ellas.
Cerca de las 16 horas, llegaron una gran cantidad de elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional para aplicar el PLAN-DN III, apoyándose con la Guardia Estatal, Nacional, Bomberos locales y voluntarios, así como decenas de paramédicos.
Las ambulancias no se daban abasto, fueron un total de 60 personas atendidas y muchas de ellas trasladadas a hospitales de la región; desafortunadamente las carrozas también llevaban cuerpos de las víctimas mortales.
La impotencia inundaba a los presentes que con desesperación pedían más sábanas y lámparas. Después, en varias ocasiones los puños se alzaban para pedirle a todas que guardaran silencio.
Esos momentos enchinaban la piel y causaban expectación, pues se tenía la esperanza de localizar a más personas con vida entre los escombros.
“¡Guarden silencio por favor!, sino tienen nada que hacer aquí muévanse, no estorben”, gritaba la señora Elizabeth quien en la puerta de su casa instaló un centro de acopio de bebidas y alimentos.
“Es para los paramédicos, que coman los voluntarios”, decía el señor Victor López, quien llegó con una gran cantidad de lonches y pizzas.
A las 20:21 horas llegó el gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, quien saludó a las autoridades como al alcalde de Ciudad Madero, Adrián Oseguera, mientras que una mujer le gritaba que quitara su camioneta; después de las 22:00 horas confirmaron que han muerto 10 personas, entre ellas cinco mujeres, tres menores y dos hombres; 23 más permanecen hospitalizados.
A casi media noche, en el lugar siguen los cuerpos de rescate removiendo escombros con equipo especial, siendo todos coordinados por la Secretaría de la Defensa Nacional.
