Ante la exposición continua a internet, todos los usuarios podemos vivir alguna situación de ciberacoso. Una situación que no necesariamente requiere de un acto de violencia físico, sino que son situaciones donde se presentan amenazas, extorsiones o burlas constantes.
Los niños y jóvenes son una población propensa a esta problemática. Por ejemplo, en Estados Unidos, cerca del 50% de los adolescentes entre 13 y 17 años han experimentado el ciberacoso, según datos del Pew Research.
Esta situación lleva a menudo a las víctimas a ser silenciadas o ellas mismas prefirieren con contar nada por miedo o vergüenza, quedando solas y por eso es importante saber cómo se puede prevenir este problema, además de brindar un acompañamiento en caso de conocer a alguien que esté pasando por algo así.
El ciberacoso se manifiesta de diversas maneras, como puede ser la generación de contenidos falsos, la publicación de fotos íntimas sin consentimiento hasta la recopilación, la difusión de datos personales y la suplantación de identidad. El objetivo suele apuntar a causar daños psicológicos profundos o buscar alguna retribución económica. Todo esto a través de mensajes por redes sociales, correo electrónico o incluso chats de videojuegos.
Gracias a que se presenta en estos entornos, el acoso en internet da la posibilidad de que el agresor se mantenga en el anonimato, sea insistente creando nuevos perfiles y tenga un alcance amplio por las alternativas que le da web.
Cómo protegerse del ciberacoso
Entender la importancia de esta problemática es asumir que en algún momento podemos estar expuestos y que la prevención es una manera de mantener al margen a los acosadores, que buscaran sacar ventaja incluso cuando no tienen información real.
Desde Check Point, empresa de ciberseguridad, entregan una serie de recomendaciones para saber qué hacer ante un caso de estos y como evitarlo:
– Lo primero a tener en cuenta es ignorar a los acosadores y bloquearlos. No darles la oportunidad de que tengan una respuesta nuestra e iniciar una conversación. En algunos casos pueden no tener información real, sino solo intentar confundirnos para sacar provecho
– Evitar compartir información personal sensible en línea, como direcciones, contraseñas, números de teléfono o datos bancarios. También es importante tener cuidado con el tipo de contenido que compartimos.
– Utilizar la configuración de privacidad en las redes sociales para asegurarse de que solo las personas de confianza tengan acceso a nuestros contenidos. Esto puede reducir la exposición al ciberacoso, porque pueden tomar una foto que no tiene ninguna implicación y modificarla para amenazarnos.
– Si se es víctima de ciberacoso, es fundamental guardar evidencia de las interacciones maliciosas. Estos registros pueden ser útiles para futuras denuncias y acciones legales.
– No se debe sufrir en silencio. Informar siempre la situación a las plataformas en las que se produce el ciberacoso, a la escuela y a las autoridades. El apoyo de otros es fundamental para resolver el problema.
– La educación desempeña un papel fundamental en la prevención del ciberacoso. Enseñar a las generaciones más jóvenes a comportarse con respeto y a no cruzar límites perjudiciales es una responsabilidad compartida por todos. Esto lo podemos hacer desde casa para que no nuestros hijos no asuman el papel de acosadores solo por hacer una broma.
Ante la complejidad y los efectos del ciberacoso, los gobiernos y las autoridades en el mundo están tomando medidas para establecer sanciones y regulaciones que protejan a las víctimas. En Estados Unidos 44 estados ya cuentan con sanciones penales específicas para el ciberacoso. Algo que también han hecho países como Canadá, el Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda, India, Japón y Filipinas.