El organismo advierte que los países de América Latina y el Caribe, incluido México, continúan en una senda de bajo crecimiento debido a una crisis de desarrollo.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que en 2024 la economía mexicana crecerá un 2.5%, manteniendo el mismo nivel previsto en diciembre. Esta proyección sería inferior al crecimiento registrado por el país en 2023, que fue del 3.2%, pero superior a las expectativas promedio para la región.
Según las “Nuevas proyecciones económicas de crecimiento para América Latina y el Caribe 2024”, la región crecerá en promedio un 2.1% este año. América del Sur se espera que crezca un 1.6%, América Central junto con México un 2.7%, y El Caribe (excluyendo Guyana) un 2.8%.
La CEPAL indicó que la expansión esperada para la región en 2024 se mantiene en la senda del bajo crecimiento económico observado en los últimos años. El gran desafío es cómo avanzar hacia un crecimiento más alto, dinámico e inclusivo.
Explicó que el bajo crecimiento esperado en 2024 no es solo un problema coyuntural, sino que refleja la caída de la tasa de crecimiento tendencial del Producto Interno Bruto (PIB) regional.
América Latina y el Caribe se encuentran atrapadas en una crisis de desarrollo, según advierte el organismo dependiente de Naciones Unidas. Esta crisis se caracteriza por tres trampas interrelacionadas: bajo crecimiento, alta desigualdad y baja movilidad social, así como una capacidad institucional limitada y una gobernanza ineficaz.
“Estas trampas condicionan y limitan la consecución de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y, por tanto, la consecución de un desarrollo social inclusivo”, alertó la CEPAL.
Ante este panorama, la CEPAL subraya la importancia de aumentar la productividad y la inversión en capital físico y humano para dinamizar el crecimiento. Esto implica no solo invertir más, sino también invertir de manera más eficiente.
La CEPAL afirmó que esto implica la adopción de nuevas tecnologías, la promoción de iniciativas de clusters y buenas prácticas empresariales, así como la promoción de mejoras sustanciales en el proceso de acumulación de capital y el aprovechamiento adecuado del capital social y ambiental de las economías.
Identificó un portafolio de al menos 15 sectores impulsores o dinamizadores para un crecimiento más sostenible e inclusivo. Mencionó que la región necesita invertir en diversas áreas críticas para incrementar la productividad, como infraestructura, telecomunicaciones, digitalización, investigación y desarrollo, y mejoras significativas en los programas de salud.
Además, señaló que América Latina y el Caribe necesitan invertir en la adaptación de los sistemas educativos para enfrentar los cambios que la digitalización y la automatización suponen para los mercados laborales.