A una semana de las elecciones del 2 de junio, la candidata presidencial opositora Xóchitl Gálvez prometió este domingo en el municipio indígena de Zinacantán, en el estado de Chiapas, que si llega a la presidencia va a “devolver la paz y tranquilidad” a la región, la cual ha sido azotada en los últimos meses por la delincuencia organizada, la inseguridad y la violencia.
“Ténganme confianza, van a tener una presidenta que no va a pensar en obras faraónicas, que han sido un despilfarro de dinero. Va a pensar en sus familias, va a devolver la paz y la tranquilidad a Chiapas, se los garantizo”, afirmó Gálvez, en referencia a las obras de infraestructura del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Van a tener a la mujer presidenta más valiente que México haya tenido. Se les acabó la fiesta a los criminales, se van a ir a la cárcel”, añadió durante su discurso ante los indígenas tsotsiles de Zinacantán, donde llevó a cabo su cierre de campaña en Chiapas.
En los últimos meses, Chiapas ha registrado un aumento en la inseguridad y violencia debido a enfrentamientos entre grupos del crimen organizado en diferentes municipios.
Organizaciones civiles e indígenas han denunciado desde 2023 un ambiente de “guerra civil” que se agrava cada día debido a los conflictos armados y la presencia de cárteles del narcotráfico. Esto ha provocado un aumento en los homicidios, desapariciones, extorsiones y desplazamientos forzados, especialmente en comunidades indígenas afines al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
El pasado 15 de mayo, los obispos de San Cristóbal de Las Casas señalaron que en algunas regiones del estado de Chiapas, afectadas recientemente por la violencia y la inseguridad o controladas por grupos del narcotráfico, no había condiciones para celebrar las elecciones del 2 de junio.
Por otra parte, la representante de la coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por los Partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), apeló a su origen indígena y llamó a los indígenas tsotsiles de Zinacantán a votar por ella.
“México va a tener a su primera presidenta, pero no será cualquier mujer, será una mujer como ustedes, una mujer originaria del pueblo hñähñu, un pueblo de Hidalgo. Una mujer que viene de abajo”, expuso Gálvez.
“Yo conozco Chiapas como la palma de mi mano”, señaló Gálvez, destacando su experiencia como Directora General de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas durante el gobierno del presidente Vicente Fox (2000-2006). Aprovechó esta oportunidad para repasar sus logros y promesas de gobierno.
“Como mujer indígena, sé cuáles son nuestras raíces y valores (…) van a tener una presidenta que se va a preocupar por los pueblos indígenas”, apuntó Gálvez.
El pasado viernes, Gálvez recibió el bastón de mando de un pueblo originario del Estado de México, comprometiéndose a atender con recursos e infraestructura a los pueblos indígenas de los 32 estados del país, y no solo a los del sureste, como ha hecho la actual administración del presidente López Obrador.
En los comicios del 2 de junio, los más grandes en la historia de México, están llamados a las urnas más de 98 millones de ciudadanos para renovar más de 20,700 cargos, incluida la presidencia, los 500 escaños de la Cámara de Diputados, los 128 del Senado y nueve gobiernos estatales, incluida la Ciudad de México.
“Como mujer indígena, sé cuáles son nuestras raíces y valores (…) van a tener una presidenta que se va a preocupar por los pueblos indígenas”, apuntó Gálvez.
El pasado viernes, Gálvez recibió el bastón de mando de un pueblo originario del Estado de México, comprometiéndose a atender con recursos e infraestructura a los pueblos indígenas de los 32 estados del país, y no solo a los del sureste, como ha hecho la actual administración del presidente López Obrador.
En los comicios del 2 de junio, los más grandes en la historia de México, están llamados a las urnas más de 98 millones de ciudadanos para renovar más de 20,700 cargos, incluida la presidencia, los 500 escaños de la Cámara de Diputados, los 128 del Senado y nueve gobiernos estatales, incluida la Ciudad de México.