Aunque las encuestas indican que la contienda del 5 de noviembre será reñida, los mercados de apuestas favorecen al candidato republicano sobre la vicepresidenta Kamala Harris. Si esta proyección se materializa, se estima que el peso podría depreciarse rápidamente, superando las 21 unidades por dólar, un nivel que no se observa desde hace más de dos años, según los analistas.
En las últimas semanas, el peso ha ajustado su valor ante la posibilidad de un posible regreso del expresidente Donald Trump. Sin embargo, a pocos días de la elección en Estados Unidos, nada está decidido y el resultado tendrá un impacto crucial en el futuro de la moneda.
Recientemente, el peso ha ajustado su valor debido a la posibilidad de que el expresidente Donald Trump regrese al poder. No obstante, con la elección estadounidense a la vuelta de la esquina, el desenlace sigue siendo incierto, y su resultado influirá de manera significativa en el futuro de la moneda.
Hace ocho años, cuando Trump asumió el poder por primera vez, el peso experimentó una fuerte depreciación de hasta un 13.5% el día de las elecciones. Aunque los especialistas en divisas consideran poco probable que se repita un escenario similar, todo dependerá de los resultados y de las declaraciones de ambos candidatos.
Si se confirma una nueva victoria de Trump, el peso podría enfrentar presiones que lo lleven a superar las 21 unidades por dólar el mismo día de las elecciones, lo que implicaría una depreciación de alrededor del 5% respecto a los niveles actuales. Sin embargo, hay analistas que adoptan una perspectiva más optimista, sugiriendo que la cotización actual del peso ya refleja un posible triunfo del magnate inmobiliario. Si sus predicciones se concretan, el peso podría experimentar un breve repunte hacia las 19.50 unidades.
“Muchos creen que Trump podría perjudicar la economía mexicana, pero ese discurso ha disminuido desde su primer mandato”, comentó Jacobo Rodríguez, experto financiero de Roga Capital.
“Además, aunque Trump puede ser bastante ruidoso, al final está dispuesto a negociar y llegar a acuerdos”, añadió.
En cuanto a la intervención cambiaria, en 2020, cuando era senadora, Harris votó en contra del TMEC y a finales de septiembre afirmó en X que, si accede al poder, revisaría el acuerdo comercial. No obstante, su victoria podría llevar a una apreciación de la moneda, situándola en torno a las 18.50 por dólar.
“Ella no tiene estrategias tan agresivas y volátiles, por lo que esperaríamos con ella más continuidad y menos ruido, lo cual sería positivo para la moneda”, señaló Erick Martínez, estratega de tipo de cambio en Barclays.
Sin embargo, el peor escenario sería una victoria muy ajustada de la vicepresidenta, lo que podría generar una serie de cuestionamientos por parte de Trump sobre los resultados, desatando un periodo de incertidumbre y llevando al peso a una fase de alta volatilidad.
Los analistas coinciden en que otro riesgo significativo para el peso sería si el expresidente gana, acompañado de una retórica más radical hacia México, lo que podría provocar importantes tensiones en el desempeño de la moneda.
Si cualquiera de estos escenarios resulta en un comportamiento desordenado del peso, analistas y operadores no descartan que la autoridad cambiaria de México se vea obligada a intervenir en el mercado, como sucedió a principios de 2017, cuando comenzó a vender dólares directamente a instituciones bancarias tras el primer triunfo presidencial de Trump.
“Es un escenario”, afirmó Marco Oviedo, estratega senior para América Latina en XP Investments, refiriéndose a la posible intervención de la Comisión de Cambios de México. “Todo dependerá de cómo se comporte el mercado”, añadió.
Si no hay sobresaltos tras las elecciones, se espera que el peso, incluso con una victoria de Trump, regrese a su actual valor de 20 por dólar, un nivel que, según los especialistas, refleja adecuadamente sus fundamentos económicos, conocido como “punto de equilibrio”.
Se anticipa un breve periodo de relativa estabilidad en las semanas siguientes, durante el cual los inversores centrarán su atención en eventos como la presentación del presupuesto gubernamental 2025, antes de volver a enfocarse en la entrada en funciones del próximo gobierno estadounidense en enero.
“Hacia el futuro, las decisiones que tome el nuevo presidente o presidenta de Estados Unidos marcarán la pauta; gane quien gane, el TMEC será el siguiente factor determinante para el tipo de cambio”, indicó Humberto Calzada, economista en jefe de Rankia Latinoamérica.