La pulpa de aceituna, utilizada como sustituto o complemento en la alimentación de terneros de cebo y vacas lecheras, se presenta como una “estrategia efectiva para reducir el impacto ambiental de la industria del aceite de oliva, ya que disminuiría la dependencia de materias primas para la alimentación del ganado y fomentaría la sostenibilidad de la producción bovina mediante la economía circular”, explicaron expertos en el área.
Los investigadores Andrés Martínez y Carmen Avilés, del proyecto GO Bovinolive en España, detallaron que este enfoque se basa en la producción de carne y leche de vacuno utilizando principios de bioeconomía y economía circular, lo cual asegura una producción más sostenible aprovechando subproductos del aceite de oliva, como la pulpa. Además, al combinarse con alimentos tradicionales, se optimizan los costos, ya que se reduce la cantidad de cereales y harinas necesarios por animal.
Durante la presentación de los resultados del proyecto, realizada a través de un seminario con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en el marco de la Red INNOVAGRO, los investigadores señalaron que no se observaron mejoras significativas en la salud y bienestar de los bovinos, tal como se esperaba, a pesar de las propiedades nutricionales del olivo (alto contenido de ácido oleico, grasas y fibra). No obstante, destacaron que es posible engordar terneros y corderos sin añadir harina de soya e incorporando cantidades mínimas de cereales, sin afectar ni a los bovinos ni a la calidad de la carne producida.
Además, indicaron que el uso de pulpa de aceituna representa una alternativa viable para la ganadería bovina en España, donde la dependencia de la importación de materias primas para el forraje, como cereales y harina de soya, alcanza casi el 70%.