Fitch anticipó que las importaciones de gas natural estadounidense aumentarán debido a una creciente demanda de energía en México, una producción interna limitada y la expansión de la infraestructura de gasoductos.
La dependencia de México del gas natural estadounidense, que representa el 70% de sus importaciones, aumentará debido a las tensiones comerciales generadas tras la llegada del presidente Donald Trump a la Casa Blanca, advirtió este jueves un análisis de la agencia calificadora Fitch Ratings.
En el documento, Fitch anticipó que las importaciones de gas natural estadounidense serán impulsadas por una creciente demanda de energía, una producción interna limitada y la expansión de la infraestructura de gasoductos.
Aunque destacó que las importaciones de gas estadounidense “proporcionan una fuente de energía confiable y rentable para México”, también advirtió que “exponen al país a la volatilidad del tipo de cambio y a interrupciones en el suministro”.
“Fitch espera que la participación de mercado del gas transportado desde EE. UU. en México aumente en los próximos años, a medida que nuevos proyectos de infraestructura de ductos y una mayor utilización de la capacidad existente permitan que más importaciones de gas estadounidense satisfagan la creciente demanda derivada de la expansión de la capacidad de generación de energía y nuevos proyectos”, señaló el informe.
El análisis también subraya que desde el 20 de enero, cuando Donald Trump regresó a la Casa Blanca, “la incertidumbre sobre el estado de las relaciones bilaterales ha aumentado”.
“Por ahora, la administración Trump se ha centrado principalmente en las exportaciones de México a Estados Unidos, y Fitch considera que las perturbaciones del comercio del gas impulsadas por las políticas son un riesgo menor”, detalló.
Sin embargo, la agencia calificadora explicó que un “aumento brusco” en los precios del gas importado sería “negativo” para la estatal Comisión Federal de Electricidad (CFE), ya que estimó que “tendrá que absorber el incremento inicial” de los costos, lo que afectaría al Gobierno mexicano, que subsidia a usuarios agrícolas y residenciales de bajo consumo.
Además, previó riesgos para los consumidores industriales y comerciales, que, según Fitch, “terminarán pagando precios más altos”.
“Una interrupción más permanente también podría descarrilar la economía de la infraestructura de gas natural de nueva construcción”, agregó Fitch.
En este contexto, Fitch consideró que las nuevas centrales de ciclo combinado en el país impulsarán el crecimiento de la demanda de gas natural en los próximos años, destacando proyectos de generación de energía de esta tecnología en la Península de Yucatán, en el sureste mexicano, así como el desarrollo de gasoductos como el Perta al Sureste, que combina secciones terrestres y submarinas con una extensión de 715 kilómetros.
El gas natural representa más del 60% de la generación de electricidad en México, y más del 70% del consumo de gas natural del país se importa de EE. UU. Mientras tanto, la estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), el principal productor nacional estatal de petróleo y gas en México con el 95% del total, ha incumplido de manera continua sus objetivos de producción y ha visto su producción disminuir desde 2010.
La proximidad estratégica de México y la conectividad de su infraestructura con EE. UU. facilitan el flujo eficiente de gas natural a través de aproximadamente 19,000 kilómetros de ductos, con una capacidad total de transporte de alrededor de 6.5 millones de pies cúbicos por día.