Una startup sueca de inteligencia artificial ha desarrollado un perro robot llamado Luna, que cuenta con un sistema nervioso digital funcional capaz de aprender y adaptarse de manera similar a los humanos y a muchos animales.
Una startup sueca de inteligencia artificial desarrolló un perro robot llamado Luna, que cuenta con un sistema nervioso digital operativo capaz de aprender y adaptarse de manera similar a los humanos y a varios animales, informó IntuiCell el miércoles.
En uno de los primeros ejemplos de aplicación de la IA física, que permite tomar decisiones y ejecutar acciones orientadas a metas específicas, en lugar de limitarse a realizar tareas o generar contenido, el perro robot tendrá la capacidad de aprender de forma similar a un perro real.
En lugar de utilizar un modelo de IA generativa o grandes bases de datos, IntuiCell optará por contratar a un adiestrador de perros para enseñar a Luna a caminar, aprovechando cómo las neuronas interactúan y procesan la información, según se indicó.
“Lo que hemos creado es el primer software que permite a cualquier máquina aprender de la misma forma en que lo hacen los humanos y los animales”, comentó Viktor Luthman, director ejecutivo y cofundador, en una entrevista.
“No hay entrenamiento previo, simulaciones fuera de línea ni un centro de datos millonario en segundo plano, pero sí un sistema nervioso que permite a la máquina aprender”, afirmó la empresa.
El perro robot, creado por una firma sueca de inteligencia artificial, tiene la capacidad de aprender y adaptarse de manera similar a los humanos.
Este avance podría significar grandes progresos en las capacidades de los robots con características humanas en una variedad de entornos, según explicó la empresa.
“El siguiente paso es investigar la robótica humanoide, así como la robótica autónoma en entornos impredecibles como la exploración espacial, la exploración submarina o la respuesta ante desastres”, detalló Luthman.
Las máquinas inteligentes podrían incluso ser enviadas a Marte, por ejemplo, para construir hábitats para los humanos, en un entorno donde los robots no podrían ser entrenados de antemano y tendrían que resolver problemas a medida que surjan, explicó.
Actualmente, Luna ya puede mantenerse en pie, y se espera que el perro robot sea capaz de percibir, procesar y mejorar a través de interacciones directas con su entorno.
IntuiCell, que surgió como una escisión de la Universidad de Lund en Suecia en 2020, cuenta con el respaldo financiero de la firma sueca Navigare Ventures, la noruega SNÖ Ventures y la Unión Europea.