El empresario podría respaldar financieramente los proyectos de desarrollo de dos de los campos de crudo y gas natural más prometedores del país, según informaron fuentes a Reuters.
Pemex se encuentra en negociaciones con el empresario Carlos Slim, lo que podría llevar al magnate a financiar los proyectos de desarrollo de dos de los campos de crudo y gas natural más prometedores del país, según fuentes cercanas al tema consultadas por la agencia de noticias.
Las negociaciones, que no se habían dado a conocer previamente, reflejan la creciente influencia de Slim en la industria petrolera mexicana, que enfrenta serios retos. Este paso se suma a su ya extenso imperio empresarial, que incluye telecomunicaciones, infraestructura, banca, comercio minorista y restaurantes.
Slim, una de las personas más acaudaladas del mundo, ha cultivado relaciones cercanas con el Gobierno de la autodenominada Cuarta Transformación, y ha evitado los enfrentamientos públicos que, en ocasiones, surgieron entre el expresidente Andrés Manuel López Obrador y grandes corporaciones.
Pemex se encuentra en negociaciones avanzadas con sus socios en el yacimiento marino Zama para llegar a un acuerdo de operación conjunta (JOA), a cambio de que Slim financie la inversión que la empresa estatal debe realizar en el proyecto, según indicó una fuente de alto nivel del gobierno.
Slim también está evaluando la posibilidad de participar en el campo de gas natural terrestre más importante, Ixachi, según la misma fuente gubernamental y otras dos personas familiarizadas con el tema.
En Zama, un campo petrolero ubicado en el Golfo de México a una profundidad cercana a las aguas profundas, que aún no ha comenzado su producción, las empresas de Slim poseen una participación del 80% en Talos México, uno de los socios de Pemex en Zama, dejando a Talos Energy, la compañía estadounidense que descubrió el yacimiento en 2017, con el 20%.
Pemex posee el 50.43% de Zama, un campo con recursos estimados entre 600 y 800 millones de barriles de petróleo crudo equivalente (bpce), mientras que Talos México tiene el 17.4% y la firma Harbour Energy posee el restante 32.17%.
“Están buscando un acuerdo beneficioso para ambas partes”, señaló la fuente del Gobierno, conocedora de las conversaciones entre Pemex y sus socios en el consorcio, aunque habló bajo condición de anonimato.
Este cambio implicaría que Pemex cediera parte del control que actualmente tiene como único operador del proyecto conjunto, a cambio de liberarla del aporte de capital necesario.
Se estima que el desarrollo de Zama requerirá una inversión de 4,500 millones de dólares. Grupo Carso, una de las dos empresas de Slim involucradas en el yacimiento, se haría cargo del 50.43% de esa inversión en nombre de Pemex, equivalente a la participación de la estatal en el proyecto, según la fuente.
Además, la fuente indicó que las negociaciones están lo suficientemente avanzadas como para prever que se alcanzará un acuerdo en las próximas semanas. “Solo faltan detalles menores”, agregó. No obstante, no proporcionó detalles sobre los beneficios que obtendría el conglomerado de Slim a cambio de su inversión.
La posibilidad de un acuerdo de operación conjunta (JOA) surge después de una prolongada disputa sobre quién tendría el control de las operaciones en Zama, entre Pemex y el consorcio liderado por Talos Energy, con sede en Houston.
Pemex no respondió a una solicitud de comentarios, mientras que Grupo Carso optó por no hacer declaraciones.
Linda Cook, directora general de Harbour Energy, mencionó la semana pasada durante una llamada con inversores que probablemente se realizarían cambios en la forma de operación de Zama, sin ofrecer más detalles. La empresa remitió a Reuters a los comentarios de la ejecutiva en respuesta a preguntas sobre las negociaciones.
Ayuda para Pemex
La “ayuda” de Slim en los proyectos de Zama e Ixachi, considerado el hallazgo de gas natural más importante en México en más de 25 años y que también produce condensado, llega en un momento en que Pemex enfrenta dificultades financieras para alcanzar la meta de producción de 1.8 millones de barriles por día (bpd) de crudo que la presidenta Claudia Sheinbaum ha establecido como objetivo para su administración, que comenzó en octubre.
Pemex tiene una deuda financiera de 97,600 millones de dólares y al cierre de 2024 acumuló otros 25,000 millones de dólares en pagos pendientes a proveedores y contratistas, los cuales asegura que ha comenzado a liquidar recientemente. Estos pagos han afectado las operaciones de exploración y extracción.
Además, Pemex y Slim están analizando un acuerdo para el desarrollo de Lakach, el primer campo de gas natural en aguas profundas del país.
Respecto a Ixachi, la fuente del Gobierno indicó que se busca formalizar un contrato mixto, una figura contemplada en una reciente reforma energética aprobada por el Congreso, que tiene como objetivo devolver a las empresas del Estado, Pemex y la CFE, su predominio en el sector y atraer capital privado.
Carso actualmente presta servicios de perforación en Ixachi para Pemex.
La producción de gas de Ixachi se dirige a una planta de Papan, construida específicamente para su procesamiento. Pemex ha considerado la posibilidad de construir una segunda planta con una capacidad similar, capaz de acondicionar hasta 345 millones de pies cúbicos de gas al día, con un costo estimado cercano a los 500 millones de dólares, según una de las fuentes.
Papan se encarga de endulzar y deshidratar el gas natural agrio y húmedo que se extrae de Ixachi, para luego acondicionarlo y producir gas licuado de petróleo, que se utiliza en México para calefacción y cocina.
Grupo Carso e Ideal, también propiedad de Slim, han expresado su interés en financiar la construcción de esta segunda planta, según la fuente.
Desafíos para Sheinbaum
La presidenta Sheinbaum se ha comprometido a proteger el legado de su predecesor y mentor, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Sin embargo, se enfrenta a la difícil realidad de mantener a flote a Pemex, la empresa petrolera más endeudada del mundo, en un momento en que la producción ha caído a niveles no vistos en cuatro décadas y los nuevos descubrimientos no han cumplido las expectativas.
“La ventaja de Slim es que tiene buenas relaciones con todos los gobiernos”, señaló Alexia Bautista, exdiplomática mexicana y ahora principal analista para la consultora de riesgo político Horizon Engage en México.
“Ha sabido sembrar y cosechar relaciones con todos los presidentes de México, incluso con Andrés Manuel López Obrador, con quien tuvo algunas fricciones, y ahora con Claudia Sheinbaum”, agregó.
Bautista destacó que Slim ha demostrado ser pragmático y más flexible que otros empresarios del sector.